"Integrar rápidamente a los refugiados en el mercado laboral"
El prestigioso economista Marcel Fratzscher, consultor político y presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica DIW en Berlín, ve la nueva inmigración sobre todo como una oportunidad.
Profesor Fratzscher, usted ha elaborado diferentes posibles escenarios para la integración de refugiados. En todos ellos la inmigración es positiva a largo plazo. ¿De qué premisas ha partido?
Los refugiados que vienen para quedarse son en su mayoría muy jóvenes pero tienen bajos niveles de cualificación. En nuestros escenarios de DIW Berlin partimos de premisas muy realistas, incluso con una afluencia inmigratoria a Alemania de más de cuatro millones de refugiados en los próximos cinco años. Pero el hecho es que aún sabemos muy poco acerca de los refugiados que están llegando y de los que llegarán en el futuro.
¿Tendrá la inmigración un impacto en el mercado laboral?
Sin duda que hacer frente a la fuerte afluencia de refugiados supone a corto plazo un enorme desafío financiero y organizativo para Alemania. Financieramente es posible superarlo, pero desde el punto de vista organizativo, muchos municipios tienen un reto importante que enfrentar y necesitan apoyo. Sin embargo, no debemos ver solo las cargas a corto plazo, tenemos también que adoptar una perspectiva a largo plazo. Las empresas alemanas necesitan mano de obra y debido a la evolución demográfica esta demanda crecerá significativamente en los próximos años y décadas. Los refugiados constituyen, por eso, también una oportunidad si Alemania desea mantener su competitividad y asegurar su prosperidad. Toda persona que tiene un empleo - y esto vale tanto para quienes ya residen en Alemania como para los refugiados - contribuye a incrementar nuestro rendimiento económico y ayuda a asegurar nuestro futuro.
Entonces, ¿qué hacer?
La clave para una exitosa integración de los refugiados dependerá de en qué medida y con qué rapidez ellos se integren en el mercado laboral. Muchos refugiados son jóvenes y aún no tienen la formación ni las cualificaciones necesarias. Por eso debemos interpretar el gasto en refugiados, así como en guarderías y escuelas para nuestros hijos, como una inversión que dará sus frutos solo dentro de 10 a 20 años. Cuanto más invirtamos hoy en la integración de los refugiados, mayor será su contribución a largo plazo a la sociedad.