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Pro & Contra

Mudarse al campo

Tener una casa en un espacio más verde es un sueño para muchas personas. Otras llevan a la gran ciudad en sus corazones. Aquí conversamos con una habitante de un pueblo y un amante de Berlín.

17.04.2025
ProCon
© satori

Jessica Wittmann-Naun
© privat

Pro

“En el campo, la vida es menos acelerada y se genera menos estrés”.

es periodista autónoma y vive en un pueblo de 6500 habitantes en Baden-Wurtemberg.

Judith Karbstein
© privat

Contra

“Simplemente me gusta que el bullicio esté en la puerta de mi casa”.

trabaja en marketing, vive en la capital y gestiona el blog “Berlin ick liebe dir”.

¿Se vive mejor en el campo?

Jessica Wittmann-Naun

En el campo, aumenta automáticamente la calidad de vida: menos tránsito, más contacto con la naturaleza, la vida es menos acelerada y se genera menos estrés. Además, hay propiedades más asequibles. Lo más importante, en general, está, al menos, cerca: un supermercado, una farmacia, una escuela o un café bonito. ¿Necesitamos realmente una selección tan amplia de opciones de ocio y consumo? A través de la reducción a lo esencial, la vida en el campo invita a la tan promocionada “slow life”, algo que las personas de ciudad intentan conseguir pagando por retiros o aventuras similares. 

Judith Karbstein

Siempre me preguntan si me imagino viviendo en el campo o en una ciudad más pequeña con una casa y jardín. Sí, me gusta la idea de la naturaleza, la tranquilidad, la amplitud, pero, cuanto más lo pienso, más confirmo que soy un urbanita. Me encanta la variedad y disfruto pasando tiempo relajado en la naturaleza, pero también me pone contento volver a deambular por las calles de Friedrichshain con toda la vida que tiene Berlín. Simplemente me gusta que el bullicio esté en la puerta de mi casa, la mezcla de movimiento, opciones, refugio y diversidad. 

Se dice que en el campo se conocen todos. ¿Es algo bueno o malo?

Jessica Wittmann-Naun

La cohesión social y la sensación de comunidad son mayores en el campo que en la ciudad, incluso, por la dinámica vida en las diversas asociaciones. Nos ayudamos mutuamente sin complicaciones. Para mí, el anonimato promueve el delito y por eso me siento más segura en el campo. ¿Quién robaría a una persona que podría encontrarse al otro día en el supermercado? Desde luego, esta cercanía puede tener sus desventajas, por ejemplo, si no quieres que tus vecinos se enteren de cada cambio en tu propia vida. Sin embargo, para mí, lo positivo pesa más.

Judith Karbstein

Seguro que puede generar una mayor sensación de comunidad, pero debe gustarte también que todos te reconozcan y saluden constantemente. A veces, el anonimato de Berlín me resulta complejo, pero, al mismo tiempo, hay opciones suficientes para conocer gente. Cuando salgo con mi perro, casi siempre tengo, al menos, una conversación corta con alguien. En la gran ciudad, tenemos la libertad de escoger activamente si nos relacionamos o con quién, permanecer anónimos o involucrarnos de manera deliberada. Las opciones son inmensas y esa libertad de elección me parece absolutamente enriquecedora. 

Menos ruido, mejor aire, ¿no deberían mudarse al campo todas las personas que quieran cuidar su salud?

Jessica Wittmann-Naun

Desde luego, hay muchos factores que repercuten en la salud. Si vives en el campo, pero tienes un estilo de vida poco sano, es difícil que disfrutes de las ventajas. Sin embargo, la vida en el campo ofrece muchas cuestiones que en la ciudad deben buscarse o crearse de manera artificial, como la tranquilidad, el aire limpio o el contacto con la naturaleza y los animales. No es un beneficio solo para el cuerpo, sino también para el alma.

Judith Karbstein

La calidad del aire es sin dudas mejor en el campo y la vida es más saludable. Pero en las ciudades, en particular en Berlín, una de las metrópolis más verdes de Europa, también hay un gran número de lugares para relajarse, como parques, bosques, ríos y mares. Tal vez sin tanta tranquilidad ni aire tan limpio, pero estos sitios existen. Lo importante es el equilibrio. Personalmente, salgo bastante, tengo el parque de Friedrichshain a la vuelta de la esquina y voy a menudo a Brandeburgo con mi bicicleta. He aprendido a encontrar mis lugares de refugio y aquí hay más de los que se cree. 

El autobús con una frecuencia de una hora, la panadería más cercana a kilómetros: la infraestructura en el campo complica un poco, ¿verdad?

Jessica Wittmann-Naun

Sí, se debe resignar algo de comodidad en algunas cuestiones. Al mismo tiempo, muchos municipios ofrecen soluciones prácticas que resuelven algunos inconvenientes, como los servicios de taxi que pueden reservarse o las máquinas automáticas en las que puedes comprar alimentos de los mismos campos de la zona. Acostumbrarte a no tener todo a disposición a todas horas, invita a planificar de manera deliberada y responsable. Si el autobús pasa solo cada una hora, se cumple inevitablemente con los horarios de los compromisos asumidos. 

Judith Karbstein

Precisamente por eso es que me encanta vivir en una gran ciudad. Cuando me voy de Berlín, muchas veces debo acostumbrarme a convivir con una infraestructura peor. En Berlín tengo movilidad, a pesar de no tener un coche. Todos los transportes funcionan con regularidad, a veces cada cinco minutos, y a todas horas. Todo está siempre disponible. No sé si realmente es algo que merezca la pena, pero a mí me gusta. Los “Spätis”, las famosas tiendas que permanecen abiertas hasta altas horas de la noche, y el gran número de servicios de reparto simplifican la vida.

Cines, teatros museos. La cultura se desarrolla principalmente en las grandes ciudades. ¿No es un gran argumento para vivir allí?

Jessica Wittmann-Naun

La respuesta en este caso no es prescindir por completo, sino la inevitable adaptación de la frecuencia. Siempre puedes ir a la ciudad si quieres asistir a un concierto o a una obra de teatro en particular. Es cierto que requiere un esfuerzo ¿pero las personas en la ciudad realmente van todas las semanas a los museos? Muchas veces, a pesar de la disponibilidad constante, al final terminamos no haciendo nada. La oferta excesiva deriva en parálisis. Por el contrario, la experiencia cultural menos frecuente para las personas del campo se convierte en un gran evento. Además, muchos pueblos tienen los mejores festivales.

Judith Karbstein

Me encanta tener todo en un mismo sitio. En Berlín, la oferta cultural es extraordinariamente amplia: desde exposiciones internacionales a pequeños escenarios, de conciertos a lecturas. Aquí, la cultura no es una excepción, sino que forma parte de la rutina diaria. Para muchas personas, ese es precisamente el motivo por el que eligen Berlín para vivir.