“Cada una de mis participaciones olímpicas fue muy importante”
En París, la estrella mundial del tenis de mesa Timo Boll participará en los Juegos Olímpicos por séptima vez a sus 43 años.
En su carrera deportiva, Timo Boll ha alcanzado prácticamente todo: con sus ocho títulos, es el jugador que más campeonatos europeos ganó, en 2003 se convirtió en el primer alemán en liderar el ranking mundial de su disciplina, y obtuvo dos medallas de bronce en campeonatos mundiales. Con su talento excepcional, se ha convertido en una estrella, incluso, en China, el país más poderoso en tenis de mesa. En los Juegos Olímpicos, el oriundo de Hesse ganó dos medallas de plata y dos de bronce con el equipo. Y, en París, el especialista zurdo en tenis de mesa volverá a formar parte del equipo de Alemania para finalizar su inigualable carrera.
Señor Boll, ¿qué significa para usted volver a participar en unos Juegos Olímpicos con 43 años?
Mentiría si dijera que será simplemente un mes más en mi vida. Los Juegos Olímpicos son un evento muy especial, son distintos a todo. Y el hecho de que sea mi última presentación a nivel internacional, lo hace aún más importante. Fue difícil clasificar después de tantas lesiones y, desde luego, después de tantos años en el deporte. Me imagino, además, que tampoco ha sido sencillo para Jörg Roßkopf, nuestro entrenador, decidirse por mí y dejar fuera a mi compañero y amigo, incluso, casi vecino Patrick Franziska que sin dudas merecía estar. Pero ahora crecen la concentración y la ilusión, y se desvanecen las dudas y las preguntas. Ya casi estamos en el final del camino tantas veces anticipado. El objetivo, por supuesto, es ganar una medalla para cerrar mi carrera. Eso es lo que ansiamos, a pesar de saber también la competencia es muy fuerte y no solo por China.
¿Qué es lo que hace a los Juegos Olímpicos un evento tan especial para usted?
La ropa idéntica para todos, la ceremonia inaugural, la convivencia en la villa olímpica: son todos factores que contribuyen en gran medida a entender que no estamos compitiendo por nosotros, nuestro equipo o nuestra federación, sino por nuestro país. Por un lado, esto es una presión, pero, por el otro, también da fuerzas.
A muchas personas les entusiasma la posibilidad de conocer a otros atletas de élite en la villa olímpica. Usted es una estrella hace tiempo. ¿Hoy en día es de los “buscados” o hay ciertos deportistas que le gustaría conocer a usted también?
En la villa olímpica de Pekín conocí al jugador de baloncesto Dirk Nowitzki, a quien me une una gran amistad desde aquel entonces. Es una prueba sumamente personal de lo especial que es estar en la villa olímpica. En cuanto a mi situación personal, yo no me siento una estrella, de modo que no consideraría que soy de los buscados e intento disfrutar el momento. Ya veremos si conozco a otros deportistas.
Más allá de eso, ¿cómo vive hoy en día los Juegos, en comparación con los anteriores? ¿Cómo fue la primera vez que participó?
La idea de que tan solo estar era más que suficiente se ha reemplazado por completo con un “más rápido, más alto, más fuerte”. Solo importa el éxito, todo es mucho más profesional ahora. Se ha perdido algo de esas sensaciones especiales. Lamentablemente.
¿Cuáles son los recuerdos más intensos de sus participaciones anteriores?
Cada una de mis participaciones olímpicas fue muy importante para mí y todas las relaciono con recuerdos especiales. En Sídney participé en mis primeros Juegos, los de Atenas fueron unos Juegos históricos. En Pekín ganamos la primera medalla con el equipo. En Río fui el abanderado de la delegación alemana en la ceremonia inaugural. Y esos son solo algunos de los tan emotivos momentos y recuerdos.
¿Cuál es su objetivo en París?
Como he mencionado antes, queremos una medalla. Más allá de eso, quiero disfrutar del momento y celebrar con muchos deportistas al final.