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Un emocionate momento

El largo camino del matrimonio para todos: dos mujeres relatan qué significa para ellas tener por fin todos los derechos de cónyuges. 

26.10.2017
Matrimonio para todos: Marion y Maria Undine Eggers esperaron este momento 17 años.
Marion y Maria Undine Eggers esperaron este momento 17 años.

Alemania. El primer beso como cónyuges en el pomposo salón principal del Ayuntamiento de Hamburgo fue un emocionante momento para Marion Eggers y Maria Undine. Fue la tercera vez que se dieron el “sí”. “Me casé tres veces y con la misma mujer, pero igual, cada vez fue diferente”, dice Marion, profesora de yoga. Cada “sí” fue una etapa más en el largo camino hacia la igualdad de derechos de las parejas homosexuales en Alemania.

Tres etapas hacia el matrimonio para todos

El primer paso lo dieron en el año 2000. Entonces aprovecharon las nuevas posibilidades que les ofrecía el “matrimonio de Hamburgo”: parejas homosexuales podían obtener una “libreta de pareja” en el Registro Civil de la ciudad. Si bien no tenía mayores efectos legales, sí una importancia emocional y simbólica. En 2001 le siguió la “pareja inscrita”, con muchas obligaciones, pero pocos derechos. Ese caso especial se llamó “matrimonio homosexual”. Por eso, el tercer “sí” es para Marion y Maria un acontecimiento feliz y triunfal. Pues desde el 1 de octubre de 2017 rige: matrimonio es igual a matrimonio.

El derecho al conformismo

Que la ley ya no haga excepciones fue aprobado el 30 de junio en el Bundestag (Parlamento federal). El artículo 1353 del Código Civil dice ahora: “El matrimonio es contraído de por vida por dos personas de diferente o el mismo sexo”.

La decisión fue difícil de aceptar no solo para los tradicionalistas. La periodista Silke Burmester, escribió en el periódico Süddeutsche Zeitung que la asombra que justamente el supuestamente grupo “antiburgués” ahora celebre el libre acceso al matrimonio. Pero, pregunta la columnista: “¿Por qué deberían ser los homosexuales menos conformistas que los heterosexuales?” En definitiva, primero hay que tener derecho al matrimonio para poder rechazarlo por “pequeñoburgués”. O aprovecharlo como oportunidad para vivir unidos también ante el Estado: con todos los derechos y obligaciones, también el derecho a adoptar niños.

Un estilo semejante

También por ello, Marion y Marie Undine Eggers se vistieron con un “look” semejante para la ceremonia. “Queríamos vestirnos de forma diferente a la primera vez, en la que una llevaba un pantalón oscuro y una blusa blanca y la otra, al revés. Esta vez quisimos enviar una señal”, dicen. La señal de que solo el amor cuenta, el deseo de envejecer juntas y asumir responsabilidades mutuamente. Ahora también ante el Estado.

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