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El órgano – la “reina de los instrumentos” de Mozart

La construcción de órganos es un oficio lleno de tradición: los talleres maestros más renombrados del mundo se encuentran en Alemania. 

Luca Rehse-KnaufLuca Rehse-Knauf, 13.06.2024
“Orgelbau Mayer” mantiene el órgano de la Ludwigskirche de Saarbrücken.
“Orgelbau Mayer” mantiene el órgano de la Ludwigskirche de Saarbrücken. © privat

Se cuenta que, hace más de 2.000 años, un ingeniero de Alejandría construyó un nuevo instrumento: utilizando un dispositivo de presión de agua, logró hacer sonar un silbato al soplar viento a través de él. Hoy en día, el órgano no se compone de un solo tubo, sino de hasta 10.000 o más.  

Su aspecto no es lo único impresionante. El órgano posee el rango más amplio y es el más dinámico de todos los instrumentos: desde un suave susurro hasta un estruendoso rugido, el órgano puede llenar de sonido tanto una sala doméstica como una majestuosa catedral. Dominar el órgano siempre ha sido una gran prueba de fuego en la música y la composición; Mozart lo llamaba “la reina de los instrumentos”. Mucho antes de Johann Sebastian Bach, el órgano ya era el instrumento central de la música eclesiástica cristiana. Las virtuosas fugas de órgano de Bach revolucionaron profundamente la música y la técnica de los músicos del siglo XVII. 

El arte constructivo detrás de la música 

Para que este complejo instrumento funcione se necesita una gran experiencia. La construcción, el mantenimiento y la afinación de órganos son oficios cargados de tradición. Las empresas más prestigiosas del mundo en este campo tienen su sede en Alemania. Por ejemplo, “Johannes Klais Orgelbau” de Bonn ha construido órganos tan destacados como el de la catedral de Colonia y, más recientemente, el de la sala de conciertos Elbphilharmonie en Hamburgo. La empresa también recibe pedidos de países como Estados Unidos y Taiwán. 

Trabajos de electricidad, metal y madera: la construcción de órganos es muy versátil.
Trabajos de electricidad, metal y madera: la construcción de órganos es muy versátil. © privat

El equipo del taller maestro “Orgelbau Mayer” de Heusweiler, en el Sarre, también se encuentra entre los mejores del mundo. Viajan regularmente para realizar montajes internacionales, habiendo trabajado en países como Corea del Sur, Kazajstán y, anteriormente, Rusia. Joëlle Wedig trabaja allí como constructora de órganos y directora de obra. “En algunas empresas, durante tu formación viajas mucho de un lado para otro. Como ya no quedan muchos constructores de órganos, vas donde te llaman”, dice. Wedig también aprecia la versatilidad del oficio en su profesión: “Durante tu formación, aprendes a trabajar con una gran variedad de materiales que se utilizan en la construcción de un órgano. A diferencia de un carpintero, no te centras solo en la carpintería, sino que trabajas en una amplia variedad de áreas, como la electricidad, la madera, el metal y la sonorización musical de los tubos.”  

La construcción de órganos requiere aptitudes musicales.
La construcción de órganos requiere aptitudes musicales. © privat

El sector no está perdiendo relevancia en absoluto, a pesar de que hoy en día se construyan menos iglesias. Esto se debe a que la artesanía tradicional sigue siendo esencial para el mantenimiento y la afinación de órganos de iglesia, así como para la construcción de nuevos órganos en salas de conciertos. “El órgano ha existido durante más de 2.300 años, y creo que seguirá existiendo en el futuro, al igual que el oficio de constructor de órganos”, afirma Joëlle Wedig. Y las fugas de órgano de Bach seguirán siendo veneradas mientras haya gente que escuche música.