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Diplomacia energética alemana en Bogotá

El hidrógeno es la gran esperanza de la transición energética. Por eso, Alemania trabaja junto con Colombia para generar una industria sostenible del hidrógeno.

Luca Rehse-KnaufLuca Rehse-Knauf , 22.10.2024
Planta de producción de hidrógeno verde
Planta de producción de hidrógeno verde © AA+W/AdobeStock

Sostenible y disponible en grandes cantidades: con esa promesa de energía llega el hidrógeno, un elemento con el que descarbonizar la industria energética para, por un lado, cumplir con los objetivos climáticos existenciales y, por el otro, satisfacer las necesidades energéticas de un mundo industrializado. Un reto global que solo podremos superar juntos. Por eso, con la diplomacia del hidrógeno, se ha creado un nuevo ámbito de la política exterior alemana en materia energética, por ejemplo, con una oficina diplomática destinada al tema del hidrógeno en la capital colombiana de Bogotá.

El hidrógeno se obtiene a partir de la electrólisis de moléculas de agua. Si la energía necesaria para el proceso se genera de forma sostenible, el resultado se denomina hidrógeno verde. En la actualidad, la mayor parte del hidrógeno se produce a partir de gas natural. Cuando el dióxido de carbono emitido en el proceso se almacena en la tierra, se habla de “hidrógeno azul”. El hidrógeno blanco se deriva de fuentes de hidrógeno subterráneas poco habituales que pueden eliminarse de forma sostenible. Todos estos procesos comparten una característica común: por un lado, requieren las circunstancias naturales pertinentes y, por el otro, un conocimiento tecnológico acorde. ¿El problema? Ambos recursos están distribuidos de forma desigual alrededor del planeta.

Compartir recursos

Aquí es donde entra la diplomacia del hidrógeno que busca reunir los recursos globales de manera eficiente. En total, la Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit GmbH (GIZ) ha creado siete oficinas “H2-diplo” en representación del ministerio de Asuntos Exteriores en Angola, Kazajistán, Kenia, Nigeria, Arabia Saudí, Ucrania y Colombia. Las condiciones geográficas en Colombia, con dos océanos y amplias superficies de tierra para generar energía solar y eólica, albergan un gran potencial para el hidrógeno verde. Alemania aporta a esta sociedad el conocimiento y la experiencia en materia tecnológica de la industria del hidrógeno.

Esta cooperación destinada a crear una industria energética sostenible no solo es un beneficio para el clima, sino también para la economía de ambos países. Colombia tiene la intención de convertirse en un importante actor del nuevo sector económico. Con este fin, el país sudamericano ha desarrollado una hoja de ruta del hidrógeno. Antes del año 2030, Colombia buscará alcanzar una capacidad de electrólisis de hasta tres gigavatios y utilizar hidrógeno en el transporte y la industria, sobre todo, en la producción de fertilizantes y en refinerías. Asimismo, el precio para el año 2030 debería oscilar en un competitivo 1,70 dólares estadounidenses por kilogramo de hidrógeno verde. Antes del año 2050, Colombia tiene la intención de extender el uso de hidrógeno a otros ámbitos, como la industria del acero y la aeronáutica.

Visibilidad y conexión

Con el objetivo de apoyar a Colombia en este ámbito, la diplomática del hidrógeno Gina Lagunes está trabajando en diversos proyectos con su equipo de la oficina H2-diplo de Bogotá. Uno de los obstáculos para el desarrollo del hidrógeno verde es que, en la actualidad, la demanda aún es demasiado escasa, no existe un incentivo económico. Por eso, Lagunes y su equipo están realizando un estudio acerca de potenciales incentivos para la demanda de hidrógeno en el sector de los fertilizantes. Con este fin, la oficina está organizando eventos para generar intercambios y viajes de estudios. De este modo, se busca que los actores de la industria y del sector económico que todavía no se han conectado puedan iniciar un intercambio. 

Asimismo, junto con el ministerio colombiano de Minas y Energía, la oficina del hidrógeno creó la plataforma informativa “Ecosistema H2 Colombia”, a la que puede accederse desde el mes de agosto de 2024. La idea es que los inversores puedan echar un vistazo a los diversos proyectos con hidrógeno que hay en Colombia. La intención es que el país gane visibilidad y atractivo para los actores internacionales como un lugar especializado en hidrógeno. El hidrógeno se está promocionando también a nivel interno como un nuevo ámbito económico. Colombia quiere impulsar la descarbonización. En este sentido, Alemania puede ayudar al ofrecer formaciones para que las personas que trabajaban en la industria del carbón puedan comenzar a emprender un nuevo camino en la del hidrógeno.

Alemania y Colombia están unidos por una larga historia de relaciones económicas. Ya en el año 1949, el Banco Central de Alemania Occidental y el Banco Central colombiano acordaron el intercambio de café, plátanos y tabaco del país tropical por máquinas y vehículos de producción alemana. 75 años después, en 2024, con un volumen comercial de más de 50 000 millones de euros, Alemania es el quinto socio comercial más importante de Colombia y su mayor socio dentro de la UE. Con más de 280 cooperaciones entre universidades, ambos países están más conectados que nunca también en el ámbito científico. Más de 3700 personas provenientes de Colombia estudian en universidades alemanas. La oficina del hidrógeno en la capital colombiana de Bogotá es un importante hito más en el marco de la cooperación de ambos países.