“La mejor decisión de mi vida”

Zaira Lozano Torres (35) de México, neuróloga

“Ser médica siempre fue mi sueño, quería ayudar a las personas. Al finalizar mis estudios de medicina en México, comencé a trabajar en un hospital, aunque allí me di cuenta de que amo la profesión, estaba llegando a un límite. A menudo, terminaba exhausta a nivel físico y emocional. No era raro tener turnos de 36 horas varias veces por semana. A través de amigos, oí hablar acerca del programa ”Specialized!”. Envié mi solicitud por dos motivos: por un lado, Alemania ofrece muy buenas oportunidades a los médicos y, por otro, es un país muy seguro. En primer lugar, desde luego, tuve que aprender alemán, un idioma realmente complicado. Estuve dos años dejando la piel para aprobar el nivel B2 en el Goethe-Institut. 

Después, todo fue muy rápido: el programa Specialized se encargó del tema de los papeles y me enviaron a Wernigerode en Sajonia-Anhalt, donde me recibieron muy bien. En Alemania, hay escasez de personal cualificado, hay mucha demanda, en particular, de médicos de América Latina. Debido a que tenemos una formación muy práctica, podemos asumir rápidamente importantes responsabilidades. Intubar, dar inyecciones, analizar valores de estudios de laboratorio, podemos comenzar a trabajar de inmediato. Me gusta trabajar aquí: disfruto de disponer de equipos sanitarios modernos y tengo la sensación de realmente poder ayudar a los pacientes. Incluso el equilibrio entre el trabajo y la vida personal es muy bueno. Lo único que me parece un poco aburrido es vivir en una ciudad pequeña porque las personas se van a dormir temprano”.

Natalia Cabal Duque (30) de Colombia, estudiante de doctorado de psicología pedagógica

“Desde que tenía 14 años sabía con seguridad que quería ser psiquiatra para ayudar a las personas. Y quiero vivir en un país en el que se invierta realmente en la salud. Conocí Alemania durante mi primer viaje por Europa cuando era adolescente. Estaba haciendo un curso de idioma en Inglaterra y me hice amiga de un alemán que me invitó a conocer Friburgo, donde vivía él. Desde ese momento ya fue imposible deshacerme de Alemania. Mientras estudiaba medicina, pasé un año sabático en Alemania para aprender el idioma. Más adelante, conocí a un profesor alemán durante mis prácticas en EE. UU. que estaba interesado en la educación sanitaria y la prevención de enfermedades: precisamente los temas principales de mi investigación. Me ofreció trabajo y acepté de inmediato. 

Desde hace dos años vivo en Núremberg, donde estoy trabajando en mi tesis doctoral. Aquí tengo oportunidades de investigación extraordinarias. Me siento muy cómoda en Alemania y me gustaría realizar aquí mi especialización en psiquiatría infantil y juvenil. Si bien esto implicaría un gran esfuerzo por el aspecto burocrático, por suerte existe el programa Specialized. El equipo ofrece su apoyo también a médicos que ya viven en Alemania, de modo que me ayudan con todos los procesos relevantes. 

En Alemania me siento libre y segura, y me agrada la mentalidad de las personas: me gusta la honestidad de los alemanes y su disposición a reflexionar seriamente sobre lo que hacen. Lo único que echo de menos es mi amada madre. Siempre me apoyó y sabía lo feliz que era en Alemania. Desafortunadamente, falleció hace poco tiempo, pero estoy segura de que todavía está conmigo y está muy orgullosa de que esté cumpliendo mis sueños en Alemania”.

Gerardo Jeffery (43) de México, radiólogo

“Nunca se me había cruzado por la cabeza emigrar hasta que conocí el programa “Specialized!”. Lo tuve que pensar seriamente porque había mucho en juego: Tenía que dejar un empleo con un buen ingreso para trabajar en un país desconocido, en principio, por poco dinero. Además, solo podía llevarme a mi familia después de un año. Finalmente, me convencieron las oportunidades para continuar formándome y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal en Alemania. El programa me asignó a una clínica en Sarrebruck. 

El primer tiempo fue complicado. Echaba de menos la comida picante de México y vivía en una residencia con otros participantes del programa que tenían la mitad de mi edad. Pero después fue mejorando: el equipo de “Specialized!” me ayudó con el reconocimiento y la homologación de mis cualificaciones profesionales y ahora también mi familia vive aquí. Desde que se mudaron, aprecio aun más la seguridad en Alemania. Mis hijos, por ejemplo, pueden ir andando a la escuela solos. Además, tengo más tiempo para ellos gracias al equilibrio que hay entre la vida laboral y familiar: se puede solicitar permiso parental, se respeta el horario de trabajo y hay vacaciones pagadas. Durante las vacaciones, fuimos en coche al Palacio de Hambach, a Francia y a Bélgica. Debo decir que mudarme a Alemania fue la mejor decisión de mi vida”.