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Derecho a un empleo justo y seguro

A cinco años de Rana Plaza: de cómo Alemania se compromete a escala mundial con mejores estándares sociales y medioambientales en la industria textil.

24.04.2018
El trabajo en fábricas textiles debe ser dignamente remunerado y seguro.
El trabajo en fábricas textiles debe ser dignamente remunerado y seguro. © dpa

Alemania. El derrumbe de la fábrica textil Rana Plaza en Bangladesh hace cinco años, con más de 1100 muertos y casi 2500 heridos, afectó hondamente al sector textil y a la política. ¿Cómo Alemania se compromete con mejores estándares sociales y medioambientales en la industria textil? Cuatro preguntas y respuestas.

¿Cuál es la contribución de Alemania a la seguridad en fábricas textiles? 

Ya antes del desastre en Bangladesh, el Gobierno de Alemania venía trabajando para mejorar las condiciones de trabajo y las normas de seguridad en fábricas textiles a través de la Asociación alemana para la cooperación internacional (GIZ). Sin embargo, durante mucho tiempo las grandes empresas de confección han sido es reacias a cooperar. La Alianza para una industria textil sostenible, iniciada en 2014 por el Ministro de Desarrollo alemán Gerd Müller, espera cambiar esto.

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¿Qué ha logrado la Alianza para una industria textil sostenible?

Los alrededor de 150 miembros (entre empresas, asociaciones, organizaciones humanitarias, sindicatos y el Gobierno alemán) se han fijado objetivos vinculantes. Expertos externos revisan si las metas se cumplen o no. Se trata de lograr condiciones de trabajo adecuadas, salarios dignos, la prohibición del trabajo infantil y forzoso, así como normas de seguridad y medioambientales, como la prohibición de los productos químicos tóxicos. Las empresas deben revelar con qué subcontratistas trabajan. Los primeros éxitos ya son visibles. "La situación actual no es comparable con la que existía antes de Rana Plaza", resalta Jürgen Janssen, jefe de la secretaría de la Alianza.

La situación actual no es comparable con la anterior al desastre de Rana Plaza.
Jürgen Janssen, jefe de la secretaría de la Alianza para una industria textil sostenible.

¿Por qué hay también críticas a la alianza textil?

Alrededor de 40 empresas han abandonado la Alianza. Consideran que es un esfuerzo demasiado elevado. Son reacios a la transparencia requerida, en parte por razones de competitividad. "La cadena de suministro textil es larga y compleja", explica Janssen. "La presión de los precios, pero también la falta de control, siguen escudando a ovejas negras, especialmente en lo que hace a subproveedores y subcontratistas". Los críticos consideran que la Alianza es de todos modos poco consecuente. Y la cobertura del mercado de las empresas participantes es baja, con un 50 por ciento.

¿Qué es el Plan nacional de acción para las empresas y por los derechos humanos?

En respuesta a las condiciones de trabajo en muchas fábricas textiles, en 2016 el Gobierno alemán aprobó el Plan nacional de acción para las empresas y por los derechos humanos (NAP), según el cual, las empresas deben respetar y hacer respetar los derechos humanos, tanto en Alemania como en el resto del mundo, en la relación con sus proveedores y, de ese modo, a lo largo de toda la cadena de producción. Hasta 2020, al menos la mitad de las empresas deberán haber incorporado este principio a sus procesos. Los críticos celebran el plan pero desean una obligación legal de respeto por los derechos humanos.

Alianza para una industria textil sostenible

Plan nacional de acción para las empresas y por los derechos humanos

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