La corte se pronuncia sobre la crisis climática y los derechos humanos
La Corte Interamericana de Derechos Humanos de Costa Rica aborda los desafíos jurídicos del cambio climático.
Un medio ambiente sano es un requisito indispensable para que las personas puedan ejercer sus derechos fundamentales a la vida. En este sentido, el cambio climático también plantea retos para la protección de los derechos humanos. Esto supone mucho trabajo para los juristas, que se enfrentan a cuestiones completamente nuevas: ¿Cómo deben interpretarse los derechos humanos, protegerse eficazmente y adaptarse a la luz de los nuevos retos? ¿Existen “derechos humanos verdes”? ¿Puede la naturaleza ser un sujeto de derecho?
Abogados, profesores universitarios y jueces con formación internacional debaten estas cuestiones en San José, capital de Costa Rica. Trabajan en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) y en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). Las dos instituciones están a tiro de piedra y se complementan la una a la otra, pero son independientes entre sí. Toman decisiones que son de vital importancia para más de 500 millones de personas en América Latina. La Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional), apoya esta labor de derechos humanos en nombre del Ministerio Federal alemán de Cooperación Económica y Desarrollo.
Quien entra en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, en el barrio de Los Yoses, baja automáticamente la voz al hablar. La mansión blanca emana el aura de un templo del pensamiento. Estanterías, alfombras gruesas, escaleras que crujen, grandes salas de reuniones. De las paredes cuelgan retratos de las directoras y los directores del instituto de las últimas décadas.
Desde hace 40 años, en este edificio se protegen los derechos humanos y se adaptan a los desafíos actuales. Mientras que en los años de fundación del IIDH, la atención se centró principalmente en la protección de la vida y la integridad física, los derechos fundamentales se ampliaron posteriormente para incluir los derechos económicos, sociales, culturales y medioambientales. Entretanto, los derechos humanos se han desarrollado más desde la perspectiva del cambio climático y se ha incrementado la responsabilidad del Estado, afirma Jorge Padilla, jefe del Centro de Recursos y Estudios para la Educación en Derechos Humanos del instituto. “Hoy, el Estado tiene la obligación de garantizar un medio ambiente saludable y esto se aplica a todos los derechos, como el derecho al agua o a una alimentación adecuada”. Padilla recibe a los visitantes en su despacho de la planta superior del instituto para charlar. Colecciones de ensayos jurídicos, libros de texto y revistas políticas llenan la estantería que hay detrás de su escritorio. Padilla habla con rapidez, abarcando un amplio espectro de temas que va desde los inicios de las dos instituciones hasta los complejos retos actuales. El instituto se fundó en 1980, justo un año después de que se creara la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) a unas manzanas de distancia. En sus comienzos, la corte y el instituto tuvieron que ocuparse principalmente de la tortura, las ejecuciones extrajudiciales y otros crímenes cometidos por las dictaduras militares.
En la actualidad se observa un cambio de paradigma: ya no sólo hay que proteger a las personas como portadoras de derechos subjetivos, sino también a la naturaleza. Se podría decir que el derecho a un medio ambiente limpio es una especie de derecho humano ecológico. Y los Estados de América Latina deben garantizarlo. Esto es lo que dictaminó la corte hace unos años. Como subraya Padilla, la Corte IDH fue más rápida que Naciones Unidas.
Dictamen pionero
A lo largo de los años, la Corte IDH ha continuado su tendencia hacia lo ecológico en sus sentencias y dictámenes periciales. Actualmente se espera con interés un dictamen sobre la relación entre la emergencia climática y los derechos humanos. Chile y Colombia quieren que la corte les diga hasta qué punto el Estado está obligado a proteger los derechos humanos en su manifestación individual y colectiva en tiempos de emergencia climática. “Se está intentando, por tanto, restablecer el ecocidio como crimen de lesa humanidad”, afirma Padilla. La corte lleva cerca de un año deliberando sobre esta cuestión y ha recabado un gran número de opiniones de organizaciones no gubernamentales y expertos.
La Corte IDH será el primer tribunal internacional de derechos humanos que se pronuncie sobre la emergencia climática, afirma su vicepresidente, Eduardo Ferrer Mac-Gregor. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos también tiene ante sí tres casos, pero son contenciosos. “Con nuestro dictamen de fondo, vamos un paso más allá”, subraya el juez Ferrer Mac-Gregor.
Apoyo alemán en la difusión de las sentencias
El IIDH siempre ha seguido de cerca la evolución de la jurisprudencia del tribunal. El instituto analiza las decisiones de la corte y vela – también con el apoyo de la GIZ– por la amplia difusión de los dictámenes periciales y las sentencias. En la pantalla de su ordenador, Jorge Padilla muestra una herramienta de documentación que simplifica la publicación de sentencias y peritajes. A través de los artículos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, se puede conocer el estado actual de la jurisprudencia de la corte.
Desde 2020 también está disponible la plataforma Acceso a la Justicia, que ofrece una visión rápida y clara de las principales sentencias de los tribunales de toda América Latina. El IIDH la desarrolló junto con la GIZ. Se puede consultar desde cualquier parte del mundo. Esto facilita a las organizaciones no gubernamentales, abogados y centros de derechos humanos de otros países el uso de las conclusiones para sus propios procedimientos.