25 años del Tratado de Unificación
El 31 de agosto de 1990, los negociadores del Este y el Oeste firmaron el Tratado de Unificación, con el que se regulaba el proceso de adhesión de la RDA a la República Federal de Alemania.
"Ahora todo depende de nosotros", expresó Wolfgang Weng del partido FDP, al dirigirse al Parlamento de Bonn el 20 de septiembre de 1990. Los diputados acababan de enterarse de que en Berlín Oriental la Cámara Popular había aceptado por mayoría el Tratado de Unificación. Con el Tratado se deseaba sellar la reunificación alemana. El Tratado ya había sido firmado el 31 de agosto por sus principales negociadores, el entonces ministro del Interior Wolfgang Schäuble y el Secretario de Estado de la RDA Günther Krause. Pero solo podía entrar en vigor con el consentimiento de ambos parlamentos. Poco después de la resolución de la Cámara Popular de la RDA también el Bundestag aprobó la ley pertinente. "Con esta votación, el Bundestag alemán concluyó sus deliberaciones con un tratado de singular importancia para el futuro de nuestro país", declaró entonces la presidente del Parlamento Rita Süssmuth.
La firma fue precedida por un verdadero maratón de negociaciones. El Tratado de Unificación fue la pieza decisiva de una amplia estructura legal sobre la que se basó la Unificación. Ya el 1 de julio de 1990 había entrado en vigor el Tratado de Unión Monetaria, Económica y Social. Desde entonces ya no existían controles fronterizos y el D-Mark era considerada moneda única. Al mismo tiempo se realizaban las negociaciones sobre el Tratado Dos más Cuatro entre la República Federal y la RDA, y las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial. El Tratado fue firmado el 12 de septiembre de 1990 y aseguró la unidad también en materia de política exterior.
"Dar contenido y sentido a la unidad“
La cuestión de cómo implementar la reunificación exigía una respuesta compleja. Legalmente había dos caminos posibles: según el artículo 23, la Ley Fundamental de la RFA se podía a aplicar a otras partes de Alemania, si desearan adherir a la República Federal. La otra opción era negociar una nueva constitución común. Al final, ambas partes se pronunciaron a favor de la adhesión.
El Tratado de Unificación, de unas 900 páginas, regulaba la transferencia del sistema político y legal de Alemania occidental al Este alemán. Las cláusulas se referían entre otros al poder legislativo, poder judicial, educación, cultura, ciencia, transporte y telecomunicaciones. Se declaró de nuevo a Berlín como capital federal y el 3 de octubre día festivo como Día de la Unidad Alemana. Simultáneamente al Tratado de Unificación entró en vigor la ley de adhesión de Estados federados. Brandeburgo, Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia eran los nuevos estados federales. "La forma de la unidad ya se ha encontrado", dijo el Presidente federal Richard von Weizsäcker, durante la ceremonia del 3 de octubre de 1990. "Ahora se trata de darle sentido y contenido."
Firma del Tratado de Unificación el 31 de agosto 1990