La Primera Guerra Mundial
El final de la cuestión alemana – retrospectiva de un largo camino hacia Occidente: 1914–1918 La Primera Guerra Mundial.
Solo en octubre de 1918, cuando la derrota militar de Alemania en la Primera Guerra Mundial era ya inapelable, se procedió a introducir en la Constitución una modificación esencial, que sometía al Canciller del Reich a la confianza del Reichstag. La parlamentarización tenía por objeto inclinar a las democracias victoriosas hacia una paz benigna y prevenir una revolución desde abajo. No se alcanzó ninguno de los dos objetivos, pero a los adversarios de la democracia a partir de entonces les resultó fácil tachar el sistema parlamentario de “occidental” y “antialemán”.
La revolución desde abajo estalló en noviembre de 1918, porque la reforma de octubre se quedó en papel mojado: la mayor parte del ejército no estaba dispuesta a someterse al poder político de un gobierno imperial responsable ante el Parlamento. La Revolución Alemana de 1918/19 no puede inscribirse entre las grandes o clásicas revoluciones de la historia universal: en torno a 1918 Alemania ya era demasiado “moderna” para una transformación política y social radical al modo de la Revolución Francesa de 1789 o la Revolución Rusa de octubre de 1917. En un país que desde hacía alrededor de diez lustros conocía el sufragio universal e igual de los varones la meta no podía ser el establecimiento de una dictadura “pedagógica” revolucionaria sino únicamente una consolidación democrática, lo cual concretamente significaba la implantación del sufragio femenino, la democratización del régimen electoral en los distintos Estados, distritos y municipios y la vigencia plena del principio del control parlamentario del gobierno.