Mentes brillantes para el cosmos
Exploración espacial en Garching y Heidelberg: cómo una alemana y una estadounidense están realizando desde aquí una exploración pionera del universo.
Suzanna Randall: explorando el espacio
Suzanna Randall desea explorar nuevos terrenos. La astrofísica alemana fue seleccionada en el marco de la iniciativa privada "Die Astronautin" (La Astronauta) como una de las dos candidatas a viajar al Espacio en un futuro próximo. La financiación todavía no se ha concretado, pero los objetivos del vuelo a la Estación Espacial Internacional ISS son claros: "No sólo pretendemos enviar al espacio a la primera astronauta alemana, sino que además queremos lanzar la primera misión comercial en Europa", asegura Randall. En la Tierra, la oriunda de la región del Rin trabaja para el ESO (Observatorio Europeo Austral) en Garching, cerca de Múnich, y para el proyecto del telescopio ALMA en Chile. Su especialidad como investigadora es la evolución de las estrellas. Randall ve posibilidades de investigación adicionales en la ISS, por ejemplo, para estudiar cómo sobreviven los microorganismos en el espacio. "Además, con mucho gusto pongo mi cuerpo a disposición de la ciencia para realizar estudios médicos en ingravidez. Existe una brecha de género en la investigación médica espacial. Sólo una décima parte de los astronautas son mujeres."
Laura Kreidberg: investigando nuevos planetas
La astrónoma estadounidense, Laura Kreidberg, también tiene puesta su mirada en nuevas dimensiones. Durante sus trabajos en la universidad de Harvard ya investigaba las condiciones de vida en exoplanetas, y en 2020 se creó un nuevo puesto para la joven investigadora en el Instituto Max Planck de Astronomía de Heidelberg. Como directora del departamento de "Física Atmosférica de los Exoplanetas", Kreidberg estudia cómo se forman los cuerpos celestes, cómo evolucionan y si un planeta distinto de la Tierra podría albergar vida. Sus trabajos en EE.UU. ya causaron sensación, pero lo que más le atrajo del puesto en Alemania fue, entre otras cosas, la "excelente reputación" de la Sociedad Max Planck y la oportunidad de construir "una nueva comunidad científica" desde la base. Desde Heidelberg, Kreidberg también hace uso de las nuevas posibilidades que ofrece el telescopio James Webb: “Observando en luz infrarroja, podemos alcanzar planetas mucho más fríos y, por tanto, potencialmente más habitables que antes, y también podemos detectar más fácilmente ciertas moléculas que se encuentran en las atmósferas de los exoplanetas.”