Vivir en Marte
Christiane Heinicke vivió durante un año en una “Estación Marciana” e investiga las viviendas para futuras expediciones.
"House of the Rising Sun" fue una de las canciones favoritas en la remota estación, y, por el título, podría haber sido también "Life on Mars". Christiane Heinicke fue la única alemana que pasó un año en la Estación Marciana. La estación medía once metros de diámetro, tenía seis metros de altura, era totalmente de plástico y se encontraba a media altura en las faldas del monte Mauna Loa, en Hawái. Fue en 2015 y la física, nacida en 1985, pasó exactamente 366 días dentro de la cúpula con otras cinco personas que también participaron en la prueba: debido al año bisiesto, fue la más larga de las seis misiones HI-SEAS, de la agencia espacial estadounidense NASA.
Marte sigue estando hasta hoy en la mente y el corazón de Christiane Heinicke. La profesor de la Universidad de Bremen lleva años investigando en el Centro de Tecnología Espacial Aplicada y Microgravedad (ZARM) sobre alojamientos adecuados para los seres humanos en Marte. “Tenemos que asegurarnos de que la tripulación pueda vivir allí” describió su tarea en una entrevista. Eso no es fácil en Marte. Temperaturas de 65 grados bajo cero, una atmósfera de dióxido de carbono tóxico y una presión atmosférica muy baja: para describirlo se acuñó el término “entorno hostil”. Los módulos de la estación son de diferentes tamaños, el corazón es un módulo de laboratorio, además hay módulos para dormir y de ocio y, por supuesto, esclusas de aire.
Una futura estación en Marte es también uno de los objetivos de investigación del proyecto “Humans on Mars – Pathways toward a long-term sustainable exploration and settlement of Mars” de la Universidad de Bremen, que comenzó en julio de 2022. Christiane Heinicke es uno de los aproximadamente 60 investigadores que se han puesto como meta desarrollar conceptos multidisciplinarios sostenibles a largo plazo para la exploración y asentamientos humanos en Marte. El objetivo es producir en la estación oxígeno (“no se puede abrir la ventana para ventilar”), agua, comida y energía.
Pero la investigación no sólo beneficiará a los futuros habitantes de Marte. “Las tecnologías que desarrollamos para Marte nos resultan muy útiles aquí en la Tierra”, explica la geofísica. Tomemos como ejemplo los veranos secos y el agua potable: “Si recicláramos agua in situ para transformarla en potable en la medida de lo posible, eso sería ya de gran ayuda".
¿Desea recibir regularmente información sobre Alemania? Suscríbase aquí a nuestro boletín.