El fenómeno Dresde
Dresde es un excelente ejemplo de antiguo esplendor pero a su vez de atracción para jóvenes talentos.
Se lo ve muy feliz a Benjamin Biedlingmaier. Aunque una vez más ha trabajado de la mañana a la noche de pie en la cocina. Es su trabajo y es lo que le gusta, nos dice. Con todo lo que conlleva. Incluso con todo el esfuerzo. Por sus celestiales menús Biedlingmaier ha sido elegido merecidamente el más joven chef con estrellas de Sajonia y distinguido como "revelación del año" por la revista para sibaritas Feinschmecker. Este joven cocinero de 27 años que llegó a Dresde proveniente de Sylt en 2013, para hacerse cargo del restaurante Carrousel como chef de cocina en el Hotel Bülow Palais, es un nuevo y excelente ejemplo del asombroso fenómeno de Dresde: de lo juvenil que es una ciudad que es más bien conocida por su antiguo esplendor, con el impactante conjunto barroco constituido por el edificio Zwinger, la iglesia Frauenkirche, la ópera Semper y la Terraza de Brühl.
Sin embargo, Dresde también parece ejercer una especial fascinación entre los jóvenes. Se puede entender por las románticas orillas del Elba, el acogedor Gran Jardín y la infinidad de posibilidades para el ocio y los deportes en la cercana "Suiza sajona". También por los muchos bares de moda y locales nocturnos de música en vivo en Neustadt, epicentro de la cultura alternativa. Por cierto, Neustadt (ciudad nueva) no es nada nuevo, sino un barrio de magníficos edificios antiguos y una de las zonas residenciales más demandadas de la ciudad, sobre todo por los estudiantes de las nueve universidades de la ciudad. Todo esto, sumado a los muchos espacios verdes y al animado panorama cultural, atrae a jóvenes talentos de todo el mundo. Por ejemplo la excepcional bailarina estadounidense Courtney Richardson, que desde 2013 es solista en el famoso ballet de la Ópera de Semper. O el joven barítono Zachary Nelson, que se trasladó desde Filadelfia a Dresde. Parte de esa "juventud" de Dresde se debe a sus numerosos niños: entre las 15 principales ciudades de Alemania, Dresde ocupa el primer lugar en materia de nacimientos.
Sin olvidar la quizás mejor oportunidad de sentirse "wild at heart" aun con 80 años, cuando durante el famoso Baile de la Ópera de Semper, en la explanada exterior, miles de parejas de Dresde se encuentran para bailar el vals del Lago de los Cisnes con el barroco esplendor de fondo. Entonces, Dresde ofrece algo que ninguna otra ciudad puede: hacer que sus visitantes "floten" al compás de la música.