Un soplo de aire fresco para el cine

A Karim Aïnouz le gusta el frío. Esa es una de las razones por las que decidió vivir en Berlín. Sin embargo, lo que caracteriza la última película de este director brasileño son los colores y el calor del nordeste de Brasil. El thriller “Motel Destino” también se proyectó en los cines alemanes en 2024. Cuenta la historia de un joven que acaba en un remoto hotel de Fortaleza tras un robo fallido. Allí se desarrolla un peligroso juego entre él y la impenetrable pareja que regenta el hotel.

Las películas brasileñas no suelen proyectarse en los cines alemanes. “Motel Destino” también llama la atención sobre otras películas latinoamericanas, dice Aïnouz: “Cuando la gente ve una película italiana, sabe más o menos qué esperar. Cuando ve una película brasileña, no lo sabe. El hecho de que “Motel Destino” esté presente aquí no solo ayuda a esta película, sino también a todas las demás que están por venir”.

Miembro del jurado de la Berlinale

El thriller, que el distribuidor anuncia como un “noir tropical”, también se proyectó –como otras películas de Aïnouz– en la Berlinale. El director también ha sido miembro del jurado en el festival de cine más importante de Alemania. Cree que sus películas “aportan un tono diferente al cine alemán. Este tipo de intercambio permite que las culturas reciban un soplo de aire fresco, se reinventen y avancen de una forma más vibrante”.

El acercamiento de Aïnouz a la cultura alemana comenzó cuando visitó Berlín Occidental de joven, en los años ochenta. “Incluso hay una carta de aquella época en la que solicitaba el ingreso en la Universidad de las Artes con 18 años”, recuerda. Acabó en nada. En cambio, estudió arquitectura en Brasil y cine en Nueva York. Aïnouz se dio a conocer como director en 2002 con el largometraje “Madame Satã”. En 2004 llegó a Berlín como becario del programa berlinés para artistas. El programa de residencias para artistas del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD en sus siglas en alemán) le permitió vivir y trabajar en la capital alemana durante seis meses. 

Berlín, ciudad de la libertad

Aïnouz vive en Berlín de forma permanente desde 2008. Una de las cosas que más aprecia de la ciudad es la libertad de la comunidad queer y la cultura de los clubs o discotecas. “La gente piensa que los clubs son lugares superficiales, pero son un lugar de encuentros, de posibilidades, de hedonismo en todos los sentidos. Eso es importante y siempre ha formado parte de la cultura berlinesa”. Para él, Berlín es también un lugar de seguridad y protección: “Me quedé porque pensé: la ciudad que ha vivido los que quizá sean los momentos más terribles de la historia de la humanidad no permitirá que algo así vuelva a ocurrir”.

Berlín también ha sido escenario de las películas de Aïnouz, por ejemplo en “Sunny Lane”, que trata de la avenida Sonnenallee, en el barrio berlinés Neukölln. En 2018 se estrenó su documental “Central Airport THF”. En él, acompaña a un refugiado sirio que se alojaba en el centro de acogida del antiguo aeropuerto de Berlín-Tempelhof. Aïnouz recibió el premio de Amnistía Internacional en la Berlinale por esta película. “Con calidez y humor, el director retrata el compromiso de la gran cantidad de ayudantes y muestra lo importante que es tener humanidad”, dijo el jurado. “La película invita a los espectadores a mirar y a participar, transmitiendo un mensaje que es más importante que nunca en el mundo actual”.