Ley de pureza o cerveza artesanal
Cada vez más microcervecerías, que producen cervezas especiales, cuestionan la Ley de Pureza.
“Lúpulo y malta, Dios los proteja”: desde hace 500 años rige en Alemania para la cerveza una Ley de Pureza. Además de lúpulo y malta, en la producción de cerveza solo pueden ser usadas agua y levadura. Así lo ordenó Guillermo IV, duque de Baviera, en una regulación promulgada en Ingolstadt. Proveniente de Estados Unidos y los países escandinavos llegó, sin embargo, a Alemania un movimiento de cervecerías que desean experimentar con otros ingredientes: las cervecerías artesanales. En su mayoría microcervecerías, los nuevos productores comenzaron a ofrecer hace algunos años, sobre todo en las grandes ciudades, cervezas con nuevos gustos.
También en la cerveza artesanal, los ingredientes esenciales son lúpulo, malta y levadura. Existen, sin embargo, numerosos ingredientes que, combinados adecuadamente, le proporcionan un gusto especial a la cerveza artesanal: en su fabricación se utilizan a menudo lúpulo con aromas de limón y frutas, como también aromas de resinas y perfumes de frutas tropicales y bayas rojas. Levaduras especiales, determinados tipos de malta y lúpulo aromático pueden conferirle a la cerveza notas frutales, sin que nunca hayan entrado en contacto con verdaderas frutas.
¿Próximamente también frutas y especias en la cerveza?
Muchas cervecerías artesanales desean experimentar también con otros ingredientes, tales como frutas y especies. Ello ha desatado una discusión acerca de eventuales excepciones a la Ley de Pureza. En algunos estados federados es sencillo obtener una autorización para producir cervezas que no cumplen con la Ley de Pureza: cervezas tradicionales y locales, tales como la “Gose”, de Leipzig, gozan de un estatus propio y están autorizadas como “cervezas especiales” o “especialidades”. No así en Baviera, la tierra de las cervecerías. La mitad de las cervecerías alemanas se halla en Baviera, donde la cerveza se produce sin excepciones de conformidad con la Ley de Pureza. Los tradicionalistas temen que a la cerveza se le agreguen aromas artificiales, colorantes y agentes estabilizadores para, por ejemplo, generar una bella espuma. Los renovadores argumentan que la variedad de sabores puede dar nuevos impulsos al mercado y el consumo.
Festival Internacional de la Cerveza de Berlín, del 5 al 7 de agosto de 2016