Replanteamiento de la movilidad
Johanna Kardel trabaja para hacer posible la transición hacia un transporte sostenible, ampliando la infraestructura de carga para coches eléctricos.
Quieren contribuir a la transición energética para afrontar la crisis climática: Presentamos a personas cuyas ideas y compromiso impulsan la expansión de las energías renovables en Alemania y en todo el mundo.
“Estoy segura de que no reconoceremos nuestras calles”, asegura Johanna Kardel cuando se le pregunta por la situación del tráfico en Alemania en 2050. Por su profesión, a ella le resulta fácil imaginar ese futuro móvil: En su visión, imagina “numerosos vehículos de transporte público y bicicletas, compartiendo las carreteras con vehículos privados de conducción autónoma y propulsión eléctrica”. Además, veríamos cómo se producen energías renovables, como la fotovoltaica, por todas partes, en la calle y junto a ella. Johanna Kardel trabaja a diario en la empresa de movilidad eléctrica Elli, para hacer realidad esta visión.
Y es que el tiempo apremia. En la actualidad, el transporte es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero en Alemania. En 2022 fue el causante de cerca de una quinta parte de las emisiones. Y esta cifras tienen que disminuir drásticamente en los próximos años: para 2030, Alemania pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40 %, en comparación con el año 2020. A más tardar en 2045, la Ley de Protección del Clima estipula que el país debe ser neutro desde el punto de vista climático. Para ello es necesario, entre otras cosas, un “punto de inflexión en el transporte”, es decir, la transición hacia una movilidad sostenible.
“La movilidad es una necesidad básica, para todos nosotros”, afirma Kardel, que esa mañana tomó el metro para acudir a la oficina de Elli en Múnich. “Obviamente, esto no es posible en todas partes, por lo que la electromovilidad es un factor importante, sobre todo en las zonas rurales.” Alemania también se ha marcado objetivos ambiciosos y claramente definidos en este ámbito: Para 2030, al menos 15 millones de coches totalmente eléctricos deberían circular por las carreteras. Actualmente hay alrededor de un millón. Para acelerar el desarrollo, los compradores de vehículos eléctricos reciben una bonificación medioambiental. El Gobierno alemán también fomenta la investigación en la producción de baterías y el desarrollo de la producción en Alemania.
Pero no es suficiente con los vehículos y los sistemas de propulsión: para lograr el cambio completo, también hay que ampliar la infraestructura de carga, tanto pública como privada. Es aquí donde intervienen Johanna Kardel y sus colegas de Elli. La filial de Volkswagen ofrece un cargador para uso doméstico. La discreta caja apenas es más grande que una caja de zapatos y puede montarse en la pared del garaje, por ejemplo. Además, la empresa proporciona a través de una app acceso a más de 500.000 puntos de carga públicos de diversos proveedores en Europa.
Johanna Kardel se encarga de las cuestiones normativas; después de todo, las visiones sólo se hacen realidad si alguien se ocupa también de la letra pequeña, del marco legal. Tras cursar un máster en Estudios Europeos, Kardel trabajó en diversos empleos relacionados con las energías renovables y el derecho. Ha trabajado, entre otros, en la Asociación Alemana de Organizaciones de Consumidores, para garantizar que los intereses de los ciudadanos se tengan en cuenta suficientemente en las nuevas leyes sobre energía.
Lleva año y medio trabajando en Elli, estudiando las propuestas legislativas para evaluar su significado de cara a la práctica de la electromovilidad y la transición energética. “También mantengo informados a mis colegas acerca del marco legal de los nuevos productos.” Además, la joven supervisa los proyectos piloto y de investigación que Elli lleva a cabo junto con operadores de redes, universidades y fundaciones. “Soy el punto de enlace entre la tecnología y las regulaciones normativas.”
Kardel cree que hay que reflexionar a lo grande sobre el cambio en el transporte. Por consiguiente, los vehículos eléctricos no sólo deben consumir electricidad, sino que también deben ser capaces de almacenarla y devolver el excedente de energía. Rotonda en lugar de calle de sentido único - o “carga bidireccional”, como dice la experta. Por ello, la empresa de Kardel no sólo ofrece las cajas de carga y la aplicación, sino que también es proveedora de energía y suministra electricidad verde, para el coche, pero también para otras necesidades del hogar. El coche eléctrico debe formar parte del sistema energético. “Todavía queda mucho camino por recorrer”, afirma Kardel, “pero eso es precisamente lo que hace mi trabajo tan apasionante.”