Cómo Alemania gestiona la pandemia
Con un accionar decidido es posible superar la pandemia y amortiguar sus consecuencias. Un gran esfuerzo conjunto del Estado, las empresas y todos los ciudadanos.
Tos, fiebre, resfriado, alteraciones olfativas y gustativas son los síntomas de la COVID-19 que presenta el enfermo. Los síntomas de las sociedades son sistemas sanitarios sobrecargados, derrumbe económico, quiebras empresariales y desempleo. Y los afectados somos todos, en todo el mundo, sin excepciones. Todo país tiene el deber de cuidar de sus ciudadanos y su economía, pero ningún país puede hacer frente solo a la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. El Gobierno alemán persigue tres objetivos en la lucha contra la COVID-19: ante todo, proteger la salud de sus ciudadanos y preservar las capacidades y eficacia de su sistema sanitario. En segundo lugar, amortiguar las consecuencias para las personas, los empleados y las empresas. Y, tercero, gestionar la pandemia en un marco de cooperación internacional. El enfoque es exitoso, dice la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que confirma que el Gobierno federal y los estados federados han tomado medidas eficaces contra la pandemia y sus consecuencias, también en una comparación internacional. La OCDE resalta la eficacia del sistema sanitario y el desarrollo de capacidades adicionales en el país en el transcurso de la pandemia.
Alemania reaccionó rápidamente, particularmente al estallar la pandemia, ampliando, entre otras cosas, considerablemente sus capacidades para hacer pruebas virales. Además, el país tiene el mayor número de camas de cuidados intensivos per cápita de la Unión Europea y un número comparativamente alto de médicos y enfermeras. Estas pueden ser las razones por las que, según la Universidad Johns Hopkins, Alemania registró solamente alrededor de 690 muertes por millón de habitantes a fines de enero de 2021. En otros países fueron más del doble.
Proteger la salud y evitar las infecciones
La tarea de proteger la salud de los ciudadanos se transformó en todo el mundo en una carrera contrarreloj a lo largo de año 2020 y comienzos de 2021. Por un lado, el número de infecciones debe mantenerse lo más bajo posible para garantizar la mejor atención a los enfermos en un sistema sanitario que no esté sobrecargado ni desbordado. Por otro lado, se están realizando enormes esfuerzos para desarrollar y producir vacunas y finalmente vacunar a la población. El objetivo no es combatir solo la enfermedad y sus consecuencias, sino, particularmente, su propagación, es decir, combatir al propio agente patógeno. Por ello, el Gobierno alemán acordó con los estados federados cierres de actividades en la primavera boreal de 2020 y el invierno 2020/2021. Los estados federados implementaron esos cierres en diferentes grados: en el sistema federal alemán, el Gobierno federal no tiene derecho a tomar esas decisiones solo. Las medidas han tenido un profundo impacto en la vida de las personas y están pesando sobre la economía. El producto interno se redujo en 2020 en torno al 5 %, después de diez años de crecimiento ininterrumpido.
Aliviar las consecuencias para la población y la economía
Los dos cierres, destinados a limitar el contacto de las personas entre sí, afectan con especial dureza a determinados sectores de la economía y la vida pública en los que los contactos entre las personas son esenciales: guarderías, escuelas y universidades, comercio minorista no alimentario, muchos servicios, restaurantes, cines, teatros, museos y zoológicos. Por ello, los Gobiernos federal y de los estados federados hicieron esfuerzos extraordinarios para amortiguar el impacto económico de la crisis y, más concretamente, de los cierres, para los directamente afectados y, simultáneamente, como dijo Angela Merkel, la canciller federal, “crear bases sólidas para un crecimiento económico sostenible en el futuro”.
La amplitud de los esfuerzos del Gobierno federal se refleja en los numerosos programas de apoyo a las empresas, los trabajadores y las instituciones. Ayuda proporciona, por ejemplo, la “Ley de Seguridad del Empleo”, que facilita y financia el trabajo a tiempo parcial. Además, se han realizado pagos directos en el marco del programa “Ayuda económica extraordinaria” y creado los programas “Plazas de formación seguras” y “Protección para las cadenas de suministro”, para preservar a los proveedores de eventuales impagos. También se presta asistencia especial a las más de 900 empresas inclusivas en las que trabajan personas con discapacidad. Los clubes deportivos reciben el apoyo de la “Ayuda al Deporte Profesional”; los cines, teatros y festivales de música se benefician del programa de rescate y proyección hacia el futuro “Relanzamiento de la Cultura”. Proyectos de los estados federados complementan esas ayudas del Gobierno federal.
Para el Gobierno federal es fundamental el apoyo a las familias durante el cierre o el funcionamiento limitado de escuelas y guarderías. Además de las ayudas directas a las familias, el Gobierno ha adaptado a favor de las familias tanto las normas de tiempo libre para el cuidado de los hijos como el derecho a prestaciones sustitutivas del salario durante la pandemia. La OCDE elogia esas medidas como “exitosa política económica para superar la crisis”, también en una comparación internacional con las políticas de otros países. Por ello, el Gobierno alemán cuenta con una significativa recuperación de la economía en 2021 y un crecimiento del producto interior bruto de entre el tres y el cuatro por ciento ese año.
Luchar juntos contra el virus
Todas las medidas tienen como objetivo ganar tiempo hasta poder detener con vacunas la propagación de la COVID-19 y reanudar la vida pública. Uno de los mayores éxitos en este contexto es que en Alemania se desarrolló la primera prueba viral fiable y también la primera vacuna aprobada en Europa: el preparado de la empresa Biontech, con sede en Maguncia, y su socio estadounidense Pfizer (véase p. 40). Precisamente la investigación sobre la enfermedad, el desarrollo de fármacos y la lucha contra la pandemia con vacunas son tareas que el Gobierno alemán considera no nacionales, sino internacionales. Angela Merkel, la canciller federal, incluso lo mencionó en su discurso de Año Nuevo. Subrayó que los fundadores de Biontech le dijeron que en su empresa trabajaban personas de 60 países. “Nada podría demostrar mejor”, agregó, “que lo que trae el progreso es la cooperación europea e internacional y el poder de la diversidad”.
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