“La reconstrucción debe realizarse paralelamente”

La experta en paz y conflictos de la Universidad de Leipzig, Solveig Richter, conoce muy bien los procesos de paz y la reconstrucción en países que han vivido situaciones de posguerra. La científica ha sido requerida por el Gobierno alemán para formar parte de la plataforma “Reconstrucción de Ucrania. En vísperas de la Conferencia de Reconstrucción en Berlín, la experta aborda los desafíos en Ucrania, las lecciones aprendidas en otras regiones y la diversidad de apoyos necesarios. 

Profesora Richter, ¿cómo de relevante es abordar la reconstrucción mientras Ucrania aún está en guerra?
En realidad, el mayor desafío es que Ucrania sigue bajo el ataque de Rusia. Por lo tanto, en este momento, la prioridad se centra más en el suministro de armas que en las medidas concretas de reconstrucción. Pero la reconstrucción debe llevarse a cabo de forma paralela. Por ejemplo, se trata de brindar apoyo al país para el mantenimiento de sus infraestructuras. También es crucial establecer ahora instituciones que puedan dirigir las medidas de reconstrucción. Y también es esencial analizar las consecuencias de la guerra para la población de Ucrania. Una parte de las estructuras de la sociedad civil han sido destruidas. 

¿Qué implica la reconstrucción más allá de restaurar las casas e infraestructuras destruidas?
Hay que abordar, por ejemplo, los procesos de reforma democrática necesarios para cumplir con las aspiraciones de Ucrania de ingresar en la UE. Cuando pensamos en las escuelas, la reconstrucción no solo implica reparar los edificios, sino también implementar programas de reintegración laboral para los profesores y revisar los planes de estudio. Pero, sobre todo, debemos reconocer que estamos trabajando con sociedades traumatizadas. La gente necesita interlocutores de apoyo y programas para afrontar el conflicto y sus consecuencias. Más adelante, sin duda, serán necesarios programas de integración para los soldados.  

Usted ha investigado la reconstrucción en otros países y regiones, como los Balcanes Occidentales y Colombia. ¿Existen experiencias y patrones que puedan ayudar en el caso de Ucrania?
Una tarea consiste en supervisar democráticamente el gran apoyo financiero y prevenir la corrupción. Otro punto importante es la coordinación entre los donantes, desde los diferentes países hasta las instituciones no gubernamentales y empresas. El mayor riesgo es que cada entidad actúe por su cuenta, lo que podría resultar en la financiación duplicada de algunos proyectos y la falta de apoyo para otros. La experiencia en otros países demuestra que algunos de los actores patrocinados no estaban suficientemente integrados en la sociedad. Por eso, en caso de duda, es preferible distribuir localmente sumas más pequeñas de manera ágil y sin burocracia.  

¿Cómo se puede coordinar bien la ayuda a la reconstrucción?
Una opción es crear fondos en los que los diferentes donantes pueden ingresar sus aportaciones. También son importantes las instituciones ucranianas que controlan y coordinan los procesos de forma similar a la Institución de Crédito alemana para la Reconstrucción (Kreditanstalt für Wiederaufbau). No obstante, es fundamental una supervisión adecuada de estas instituciones para garantizar su correcto funcionamiento.  

Por otro lado, es necesario descentralizar en cierta medida la actuación a nivel local. Una estrategia viable para ello es el hermanamiento de ciudades, donde las partes involucradas tienen un conocimiento profundo de la región y están más familiarizadas con las necesidades locales.  

En estos momentos, el objetivo principal es movilizar más ayuda para Ucrania. ¿Cuál es la relevancia del sector privado, además de los gobiernos?
Muy importante. Tanto las empresas privadas como las fundaciones tienen un rol crucial en el proceso de reconstrucción a largo plazo en Ucrania. Pero no se trata sólo de grandes empresas. Es especialmente importante la cooperación entre las pequeñas y medianas empresas que promueven el desarrollo económico descentralizado.