El renacimiento de la filosofía alemana

Profesor Gabriel, usted ha dicho que Alemania fue durante 200 años líder mundial en filosofía y que es tiempo de hacer renacer esa tradición. ¿Se logrará?

¡Por qué no! El conjunto de ideas relacionadas con grandes filósofos, tales como Kant, Fichte, Schelling, Hegel, Marx, Nietzsche, Husserl, etcétera, aún no ha sido procesado completamente y tiene hoy más actualidad que nunca. Ahora existe la gran oportunidad de reconstruir las ideas básicas de esa tradición a la altura de la filosofía global contemporánea y de cara a los desafíos científicos y políticos de nuestro tiempo. En ese proceso surgen naturalmente también nuevas ideas, que en los clásicos solo están presagiadas. También filósofos como Habermas o Gadamer persiguieron un proyecto de ese tipo. Importante es defender los argumentos en una forma hoy aceptable.

¿Qué posición tiene la filosofía alemana actualmente a nivel internacional?

La filosofía alemana está presente y es interesante a nivel internacional porque toma básicamente otra dirección que la otra tradición filosófica actualmente más influyente, la de Estados Unidos. La filosofía “alemana” se caracteriza porque no parte de que las ciencias naturales explican todo lo que existe. Se opone al naturalismo, que sí lo toma como supuesto. Por eso, en el siglo XIX, las humanidades se desarrollaron sobre la base de la filosofía, de lo que se deriva la receta del éxito de las universidades alemanes en ese siglo. El filósofo Fichte, pero también Hegel y Schleiermacher, crearon como rectores la Universidad de Berlín y desarrollaron un sistema universitario que fue el mejor del mundo hasta la catástrofe de 1933.

¿Sobre qué temas, tendencias y nombres se discute?

En el mundo se discuten actualmente tendencias de Alemania sobre todo relacionadas con el Nuevo Realismo, la Teoría Crítica de Fráncfort y proyectos continuadores del Idealismo Alemán, tal como fueron desarrollados, por ejemplo, en Leipzig y Heidelberg. Esos proyectos combinan las virtudes de la filosofía contemporánea estadounidense (sobre todo la claridad en la argumentación y en la construcción teórica) con la amplitud de miras de la filosofía del área germanohablante. En Estados Unidos lo hacen filósofos tales como Thomas Nagel, John Searle, Judith Butler y Robert Brandom. En Alemania, debido a tradición local, eso puede lograrse mucho mejor. Está en nuestras manos. Actualmente son discutidos a nivel internacional, por ejemplo, los trabajos de Sebastian Rödl, Rahel Jaeggi, Anton Koch y Axel Honneth, por nombrar a algunos, que representan las tendencias mencionadas.

Usted llegó en 2009 a la Universidad de Bonn, como el profesor de filosofía más joven de Alemania. ¿Cómo accedió a la filosofía y por qué lo atrae?

Ya los 15 años me planteé la pregunta de en dónde nos encontramos. ¿Somos solo un montón de partículas elementales en un universo insignificante? ¿Es la realidad percibida solo una ilusión, una especie de sueño o estamos en condiciones de reconocer las cosas tal como son? Ninguna otra ciencia puede explicar esas cuestiones en forma definitiva. Es una tarea para la filosofía, que naturalmente se halla en diálogo con otras ciencias naturales y humanas. El gran atractivo de la filosofía hoy es para mí que nunca antes existieron tantos destacados filósofos trabajando en el marco de un intercambio global de argumentos. Además han caído muchos dogmas: nunca antes se  pudo pensar tan libremente como hoy, lo que se deriva de los logros de la modernidad. A ello contribuye también la filosofía, cuyas construcciones teóricas se centran en la cuestión de qué visión del mundo (si es que hay una) puede hoy ser considerada fundada. La filosofía reflexiona acerca de qué es el espíritu humano, como debería funcionar una sociedad justa y cómo nos explicamos que somos libres. En un orden mundial global, esa forma de reflexión es imprescindible.

Día Mundial de la Filosofía, el 19 de noviembre de 2015

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