Neutralidad y libertad
Hüseyin Çiçek, licenciado en Ciencias políticas y religiosas, habla de los límites necesarios de la política en materia religiosa.
Sr. Dr. Çiçek , en Alemania está surgiendo un nuevo partido, la DAVA o Alianza Democrática para la Diversidad y el Despertar. Entre sus objetivos figura “promover una imagen realista y más positiva del islam”. ¿Faltaba esto hasta ahora en el panorama de los partidos alemanes?
Es totalmente legítimo que los miembros de la comunidad inmigrante –en el caso de DAVA, especialmente con raíces en Turquía– se impliquen políticamente. Lo problemático es cuando los grupos de interés participan en políticas que cuestionan el Estado constitucional democrático y liberal de Alemania. Los miembros de DAVA han llamado la atención en el pasado por su cercanía a la comunidad islámica Millî Görüş y al partido gobernante turco AKP. Por tanto, no representan la diversidad, sino más bien el autoritarismo y la polarización de la sociedad.
¿Hay suficientes oportunidades en Alemania para defender políticamente los valores religiosos?
En Alemania, el Estado está comprometido con la neutralidad en los asuntos religiosos. Al mismo tiempo, el derecho constitucional religioso garantiza la libertad según la cual las comunidades religiosas pueden organizarse en Alemania. Sin embargo, la DAVA argumenta con el trasfondo de la Umma, la comunidad de todos los musulmanes, que debe ser salvada. Esto alimenta temores infundados y emociones que pretenden convertir en votos.
En cambio, la propaganda dirigida contra Alemania, por ejemplo desde Rusia, afirma que en Alemania no se respetan los valores religiosos.
Aquí se utilizan deliberadamente informes falsos o medias verdades para desacreditar el sistema democrático liberal de Alemania. Se sugiere que este camino democrático liberal no es el correcto. Pero esta propaganda pone en peligro valiosos logros como la igualdad de derechos y la libertad de elección o la independencia política del poder judicial y de los medios de comunicación. En su lugar se promueve unilateralmente, por ejemplo, una imagen de familia tradicional en la que no hay lugar para los miembros de la comunidad LGBTQ. En cambio, bajo el pretexto de abogar por la libertad religiosa, se utilizan motivos dirigidos contra una sociedad liberal y pluralista.