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Una ciudad en transformación

Como Capital de la Cultura 2025, Chemnitz quiere aprovechar su historia caracterizada por el espíritu emprendedor. 

Klaus LüberKlaus Lüber , 09.01.2025
Antiguo ayuntamiento en la plaza del mercado de Chemnitz
Antiguo ayuntamiento en la plaza del mercado de Chemnitz © picture alliance / imageBROKER

La ciudad de Chemnitz, situada en Alemania Oriental, tiene una larga e importante historia como metrópolis industrial. Con la rápida industrialización del siglo XIX, Chemnitz se convirtió en un importante centro de innovación. La ciudad fue líder principalmente en la fabricación de máquinas para la industria textil.  

La Manchester sajona 

La “Manchester sajona”, como también se conocía a Chemnitz en Alemania por sus fábricas y chimeneas, también fue considerada un baluarte de la innovación en otros ámbitos, lo que impactó mucho más allá de las fronteras de la región. Si bien muchos de los inventores y empresarios innovadores no eran nativos de Chemnitz, encontraron las condiciones ideales en la ciudad. En 1881, Adolf Ferdinand Weinhold desarrolló un recipiente térmico para ensayos de laboratorio que se considera el precursor del termo actual; en 1932, Heinrich Gottlob Bertsch, oriundo de Chemnitz, inventó el primer detergente suave totalmente sintético del mundo, también conocido como Fewa. Ese mismo año, cuatro fabricantes de automóviles de la región fundaron Auto Union, precursora de la actual marca Audi. 

El monumento a Karl Marx en Chemnitz
El monumento a Karl Marx en Chemnitz © picture alliance/dpa

Ciudad de Karl Marx 

Chemnitz sufrió severos daños durante la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar la guerra, la ciudad fue rebautizada en 1953 con el nombre de Karl-Marx-Stadt (Ciudad de Karl Marx) y pasó a formar parte de la República Democrática Alemana (RDA). La reconstrucción se llevó a cabo según los principios del urbanismo socialista. Se construyeron numerosas viviendas prefabricadas, que caracterizaron el paisaje urbano y proporcionaron espacios residenciales a la población obrera. El monumento a Karl Marx, la imponente cabeza del filósofo alemán, inaugurado en 1971, se convirtió en el símbolo de la ciudad. El monumento, popularmente conocido como “Nischel” (“cráneo” en el dialecto de Alemania Central), se convirtió en el escenario central de las manifestaciones disidentes y desempeñó un importante papel en la transición política de 1989/90, en la que la ciudad recuperó su nombre histórico de Chemnitz. 

La obra de arte más alta del mundo: “Lulatsch”, la chimenea de 301,80 metros de alto de la antigua central térmica de Chemnitz-Nord.
La obra de arte más alta del mundo: “Lulatsch”, la chimenea de 301,80 metros de alto de la antigua central térmica de Chemnitz-Nord. © picture alliance / imageBROKER

Capital Europea de la Cultura 

En la actualidad, la ciudad se considera un importante centro tecnológico, figura entre las ciudades de más rápido crecimiento de Alemania y es sede de numerosas empresas innovadoras y start-ups. Chemnitz también es conocida por su particular mezcla de arquitectura histórica y contemporánea. El barrio de Kaßberg es uno de los barrios contiguos más grandes de la época de los fundadores y de estilo modernista de Alemania. En su calidad de Capital Europea de la Cultura, la ciudad quiere reinterpretar y poner en escena su historia industrial de la mano de proyectos artísticos. El lema del programa de eventos de la Capital de la Cultura es “C the Unseen” e incluye 150 proyectos y 1000 eventos, en el marco de los cuales se llevan a cabo talleres, festivales y eventos en antiguas instalaciones industriales, y los artistas realizan exposiciones y esculturas en la ciudad.