Johannes Gutenberg - Conocimiento para todo el mundo
La invención de la impresión tipográfica con tipos móviles permitió por primera vez la producción rápida y económica de libros.
Johannes Gutenberg, inventor de la imprenta tipográfica clásica, transformó radicalmente el mundo occidental. La rápida y económica producción de libros permitió que el conocimiento se difundiera rápidamente entre la población. No solo la Reforma, sino también la Ilustración y la Revolución Francesa deben su dinamismo a la imprenta. Johannes Gutenberg hizo posible que la información y la educación estuvieran al alcance de todos en Europa. En China, este arte se conocía desde hace siglos, pero su conocimiento no se había difundido a otros países.
Se desconoce el año exacto de su nacimiento
Rastrear al genio detrás de la crucial invención de la impresión con tipos individuales no es tarea fácil. Los registros conservados sobre la vida de Johannes Gutenberg son extremadamente escasos. El año exacto de su nacimiento sigue siendo desconocido, pero los investigadores han consensuado 1400 como la fecha más probable.
Gutenberg procedía de una familia acomodada de Maguncia. Su padre se dedicaba al comercio de telas y también obtenía ingresos de propiedades inmobiliarias. Mientras el hijo mayor, Friele, se preparaba para hacerse cargo del negocio familiar, Johannes estaba destinado a seguir una carrera como clérigo, médico o abogado. No se sabe con certeza a qué escuela o universidad asistió, pero su capacidad para imprimir libros indica que tenía un buen conocimiento del latín y una base teológica sólida, lo que sugiere que recibió una educación sólida.
En el siglo XV, los habitantes del Sacro Imperio Romano Germánico, la región conocida hoy como Alemania, mostraban una marcada preferencia por la escritura. Los conocimientos técnicos y médicos crecían constantemente, y la gente deseaba compartirlos entre sí. El comercio y los artesanos reconocieron los beneficios de los contratos documentados, los pedidos y los préstamos. Las administraciones municipales y judiciales recurrían cada vez más a funcionarios bien formados. En resumen: cada vez había más abogados, teólogos, filósofos y médicos, y todos necesitaban libros. En aquella época, los textos se copiaban a mano, un proceso que requería mucho tiempo y resultaba costoso. Sin duda, desde el principio, Gutenberg buscó formas de acelerar y abaratar este laborioso proceso.
Por Estrasburgo de vuelta a Maguncia
En 1434, Johannes Gutenberg se trasladó a Estrasburgo, donde trabajó como empresario, artesano e inventor. Había heredado dinero, sabía tallar piedras preciosas y dominaba el arte de repujar y prensar metal. La escasez de fuentes sobre su vida hace que los investigadores pierdan repetidamente el rastro del inventor. No fue hasta 1448 cuando reapareció en Maguncia, donde solicitó varios préstamos para establecer una imprenta. Evidentemente, había pasado los años anteriores desarrollando los equipos que ahora utilizaba: una máquina de fundición manual para producir tipos de metal, el gancho acodado, el barco tipográfico para fijar las páginas y la imprenta. Gutenberg, un perfeccionista, reunió a los mejores artesanos para que fabricaran los dispositivos según sus planos y los perfeccionaran con su ayuda.
Sus primeros textos impresos, de no más de 30 páginas, incluían calendarios, cartas de indulgencia y una gramática latina. Esto le permitió ganar dinero rápidamente. Sin embargo, Gutenberg aspiraba a producir un libro que eclipsara todo lo anterior y demostrara el poder y la innovación de su invento: así que optó por la Biblia. No solo se trataba del libro más famoso y, para los cristianos, el más valioso, sino también de una de las obras más completas de su tiempo. Gutenberg imprimió su Biblia en dos volúmenes, cada uno de los cuales tenía más de 600 páginas. El formato se correspondía aproximadamente con el DIN A3 actual.
Necesitaba grandes cantidades de tipos y suministros de pergamino y papel, ya que planeaba imprimir nada menos que 180 ejemplares. Hubo momentos en que hasta 20 artesanos trabajaron en paralelo en tres imprentas. Hoy en día, la Biblia de Gutenberg se considera uno de los libros más hermosos de todos los tiempos y una obra maestra de la técnica. Actualmente, han sobrevivido 49 ejemplares de la Biblia de Gutenberg, de los cuales 13 se conservan en Alemania, y los demás están repartidos por varios países europeos, así como en Japón y Estados Unidos.
Sin suerte como empresario
Sin embargo, el ingenioso inventor no tuvo éxito como hombre de negocios. Su principal patrocinador financiero exigió la devolución del préstamo antes de que las Biblias estuvieran terminadas. Gutenberg no pudo pagarle y se vio obligado a cederle el taller y las Biblias casi terminadas. Gutenberg pudo conservar una sola prensa y continuó trabajando como impresor, aunque solo producía obras menores.
En 1465, el arzobispo de Maguncia nombró a Gutenberg cortesano, reconociendo oficialmente sus logros y proporcionándole apoyo económico. Gutenberg pudo disfrutar de este reconocimiento durante tres años, antes de morir el 3 de febrero de 1468, a la edad de casi 70 años. Fue enterrado en la iglesia franciscana de Maguncia. Por desgracia, la iglesia desapareció hace tiempo, por lo que su tumba ya no puede ser localizada.
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Maren Gottschalk es autora de la biografía “Johannes Gutenberg: el hombre del milenio”.