Del mar Rojo a la Selva Negra: la vida de Khaled Elbarbary en Alemania
Alemania también busca trabajadores cualificados extranjeros para el sector hotelero. Aquí podéis conocer a un joven egipcio que trabaja en la Selva Negra.
“Aquí hablan suabo”, comenta Khaled Elbarbary entre risas. Este egipcio ya empezó a estudiar alemán en Alejandría, su ciudad natal. Aunque le gusta este dialecto del sur de Alemania, también le resulta difícil entenderlo. “Hay gente que no puede o no quiere hablar el alemán estándar y yo todavía no entiendo el suabo”. Pero está trabajando en ello. Elbarbary se está formando como especialista en hostelería en el balneario de Bad Teinach, en Baden-Württemberg, al suroeste de Alemania.
Tras terminar la enseñanza secundaria y adquirir unos años de experiencia laboral, Elbarbary se informó de las posibilidades de formación en el sector hotelero en Egipto. A través de la embajada alemana, se enteró de la existencia de una beca de la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ en sus siglas en alemán) y la solicitó; con éxito. Y entonces viajó de la Riviera Egipcia a los idílicos bosques alemanes.
Durante el completo programa de formación en la localidad de la Selva Negra, cerca de Stuttgart, Elbarbary trabajó en los distintos departamentos de un hotel, desde la restauración hasta el servicio de habitaciones. Lo que más le gusta es trabajar en recepción, el corazón del hotel. “La recepción es el departamento más importante de un hotel. En ella se organiza todo, el check-in, el check-out. Y puedes hablar con los huéspedes”.
Otras posibilidades tras la formación
Ya ha adquirido experiencia en el sector hotelero en las ciudades costeras del Mar Rojo Hurghada y Marsa Alam, en el este de Egipto. Lo que más le gusta de trabajar en hoteles alemanes es la estructura. “Aquí todo está organizado. Todo el mundo sabe cuáles son sus tareas y eso facilita el trabajo”. También le gustan las oportunidades de formación continua y complementaria en el sector turístico alemán. “Después de la formación, tienes que trabajar unos años y luego puedes hacer un máster o estudiar administración de empresas. Siempre hay oportunidades”.
Elbarbary también aprecia la semana laboral regular y los días libres el fin de semana de los que disfruta durante su formación. “Si trabajas cinco días, tienes dos días libres”. Los aprovecha para jugar al fútbol en el club local o para explorar el país, que cada vez le resulta más familiar. Por ejemplo, visita ciudades como Berlín, Núremberg o Fráncfort del Meno, pero también ha ido a algunos países vecinos de Alemania, como Holanda y Suiza. Originario de la ciudad portuaria de Alejandría, una ciudad con cinco millones de habitantes, su lugar favorito hasta ahora no ha sido una metrópolis, sino la tranquila Heidelberg. “Tiene un castillo precioso. La ciudad es muy bonita y está muy limpia”.
Retos y oportunidades
Elbarbary aconseja a quienes, como él, quieran venir a Alemania a trabajar que aprendan alemán lo antes posible. Y deberían interesarse por el país, opina Elbarbary. “Si les gusta el país y la sociedad, se integrarán rápidamente”. Además, los trabajadores cualificados que trabajen aquí deben darse tiempo para llegar. Sus primeros meses en Alemania fueron difíciles y se caracterizaron por la morriña. Ahora ya no se imagina su futuro en otro lugar que no sea Alemania. “Aquí soy feliz y me siento como en casa”.