Un pastel alemán, todo un éxito internacional
¿Qué es un Baumkuchen o pastel de árbol? ¿Por qué gusta tanto en todo el mundo? ¿De dónde le viene el nombre? Aquí encontrarás todo lo que necesitas saber sobre este pastel de culto.
En Navidad la gente pica mucho. Y eso también es un tema muy popular en las redes sociales. Pero no son las galletas Spekulatius, el christstollen o el Lebkuchen (pan de jengibre) lo que se está convirtiendo en tema viral de conversación. Sobre todo en la plataforma TikTok, los usuarios pinchan millones de veces en vídeos sobre Baumkuchen. ¿Cómo se corta correctamente el Baumkuchen? ¿El caro Baumkuchen de pastelería sabe mejor que la versión más económica del supermercado? Estas son sólo algunas de las cuestiones que se debaten: el Baumkuchen, todo un hype en TikTok.
Así debe cortarse y servirse un Baumkuchen
La dueña de una pastelería en la pequeña ciudad de Salzwedel, en Sajonia-Anhalt, muestra en un vídeo cómo cortar correctamente el Baumkuchen. En contra de lo esperado, no se corta de arriba a abajo, sino que las diferentes capas se retiran con un cuchillo. Bajo el vídeo se suceden los distintos comentarios: “¿Cómo, que se corta así?”, preguntan muchos. También se habla sobre el precio del pastel, mucho más barato en el supermercado. Y es que si quieres comprar un Baumkuchen entero, tienes que rascarte el bolsillo: su precio en una pastelería ronda los 50 euros. Pero, ¿por qué? El precio tiene mucho que ver con el proceso de elaboración: se trata de una artesanía muy elaborada. Por eso, el Baumkuchen se sirve en ocasiones especiales, como Navidad, como el “rey de los pasteles”.
¿De dónde toma su nombre el Baumkuchen?
La masa se hornea en varias capas sobre un rodillo giratorio. Cada vez que se aplica una nueva capa, la masa se carameliza. Esto crea una serie de capas en forma de anillo. Son estas las que dan nombre al pastel, porque se asemejan a los anillos del tronco de un árbol.
Pero no sólo TikTok enloquece con el Baumkuchen alemán. En Japón, este pastel es especialmente popular. “El Baumkuchen es uno de los pasteles más populares en Japón”, afirma Hideo Kawamoto, presidente de la empresa japonesa de repostería Juchheim. En una cafetería en la elegante avenida Omotesando de Tokio, sirve una ración recién salida del horno. Elaborado según la receta original del maestro pastelero alemán Karl Joseph Wilhelm Juchheim, que dio nombre a la empresa de Kawamoto. Juchheim, natural de Kaub, en el Rin, introdujo el Baumkuchen en Japón, en unas circunstancias de lo más aventureras.
En Japón todo el mundo conoce el pastel alemán
A principios del siglo XX, Juchheim vivía con su esposa Elise en la ciudad china de Qingdao, por aquel entonces colonia alemana. Allí, el matrimonio regentaba una pastelería. Durante la Primera Guerra Mundial, Japón ocupó la región. Juchheim fue llevado a Japón como prisionero de guerra y su esposa se quedó sola al principio en la ocupada Qingdao. Su marido fue recluido en un campo cercano a Hiroshima con otros alemanes. Allí se le permitió a Juchheim hacer repostería. Con motivo de una feria de artesanía alemana celebrada en una sala de exposiciones, el actual monumento a la paz, también conocido como “Cúpula de la Bomba Atómica”, elaboró un Baumkuchen, un pastel desconocido hasta entonces en Japón.
Tras la guerra, los Juchheim abrieron su primera confitería en Yokohama. Hoy, 100 años después, el Baumkuchen alemán dado a conocer por ellos, se ha convertido en todo un clásico japonés. “Karl Juchheim quiso darnos a los japoneses algo que nos hiciera felices”, explica Kawamoto. Todavía hoy, el Baumkuchen sigue teniendo esa imagen auspiciosa en Japón. Ya sea con motivo de una boda, como obsequio para socios comerciales, como tentempié entre horas o como recuerdo – todo el mundo en Japón conoce el Baumkuchen, así como el nombre Juchheim. Por eso, el grupo con sede en Kobe cuenta con unas 270 tiendas en todo el país.
