“La política exterior feminista requiere perseverancia”
Gesa Bräutigam, embajadora especial para la política exterior feminista, explica por qué los derechos de la mujer son un indicador del estado de una sociedad.
Desde marzo de 2023, el Ministerio alemán de Asuntos Exteriores dispone de directrices para una política exterior feminista. Constituyen la base para contrarrestar la discriminación estructural de las mujeres y los grupos marginados en todo el mundo en la política exterior alemana. Gesa Bräutigam es embajadora especial del Ministerio alemán de Asuntos Exteriores para la política exterior feminista. Nos habla de cómo se compromete a aplicar esta política.
Sra. Bräutigam, ¿qué es la política exterior feminista?
La política exterior feminista se compromete a reforzar los derechos, la representación y los recursos de las mujeres y los grupos marginados en todo el mundo. La política exterior feminista no es, por tanto, una política de mujeres para mujeres, sino que afecta y beneficia a todos. Dependiendo del contexto, los hombres también pueden pertenecer a un grupo desfavorecido de una sociedad.
Para nosotros, la política exterior feminista no es un ámbito político más junto a la política de seguridad, la política de desarrollo, etc., sino una forma de actuar para todos los ámbitos de la política exterior. Es una política de todo el Gobierno alemán que está consagrada en el acuerdo de coalición. Por eso, el Ministerio de Desarrollo también ha adoptado una política de desarrollo feminista estrechamente coordinada con nosotros.
No tratamos la política exterior feminista como un concepto académico. Lo que queremos es aplicarla de la forma más operativa y pragmática posible. Lo que hacemos debe tener un beneficio concreto para cada individuo. Al mismo tiempo, la política exterior feminista no es una varita que resuelva todos los problemas por arte de magia. No genera cambios de la noche a la mañana, sino que requiere perseverancia.
¿Cuáles son sus tareas como embajadora especial para política exterior feminista?
La tarea de mi equipo y mía es integrar la política exterior feminista en todos los ámbitos de la política exterior alemana y promoverla internacionalmente junto con nuestros socios.
¿Qué efectos positivos tiene la política exterior feminista en comparación con la política exterior tradicional?
La política exterior feminista intenta evitar puntos ciegos y que pasemos por alto los efectos de nuestras políticas. En principio, esto nos da una mejor visión, también en lo que respecta a los dilemas existentes en política exterior. Siempre intentamos tener en cuenta a todos los grupos de una sociedad. Cuando se trabaja para garantizar que todos los grupos relevantes participan en un proceso, los resultados son mejores y más sostenibles. Los acuerdos de paz que incluyen a mujeres y minorías en la mesa de negociaciones duran más. Se ha demostrado que las sociedades inclusivas son más resistentes, más estables y, muy a menudo, más prósperas económicamente.
¿Podría dar algún ejemplo del éxito de la política exterior feminista?
Un ejemplo es la situación de las mujeres y las niñas en Irán. Para nosotros, la política exterior feminista significa que, a la luz de la brutal opresión de las mujeres en Irán, no se puede seguir “como si nada” con el régimen de ese país. Al contrario: hemos hecho campaña en las Naciones Unidas, donde encontramos una gran resistencia, a favor de la creación de una misión de investigación sobre la situación de los derechos humanos en Irán y recientemente hemos conseguido ampliarla de nuevo. El objetivo de esta misión es documentar los crímenes cometidos por el régimen iraní contra su población, especialmente en el contexto de la represión de las protestas encabezadas por mujeres. Con ello, enviamos una señal contra el clima de impunidad en Irán, que favorece la violencia arbitraria del Estado. Hemos impuesto importantes sanciones a los dirigentes iraníes y proporcionado visados humanitarios y plazas en programas de protección a mujeres iraníes especialmente amenazadas.
¿En qué medida se coordinan y colaboran con otros países de Europa y del mundo que también siguen una política exterior feminista?
Con su política exterior feminista, Alemania sigue el ejemplo de otros países de todo el mundo que ya practican una política exterior feminista, por ejemplo España, Canadá y México. Constantemente se suman nuevos países, como Chile y Mongolia. Trabajamos estrechamente con ellos. Algunos han establecido una política exterior feminista explícita, otros la aplican sin haberse puesto a sí mismos esta etiqueta. Lo que es digno de mención es que estos países forman un grupo variopinto. Están representados todos los continentes. Los países latinoamericanos, en particular, son muy activos en este ámbito. Este grupo de países con ideas afines está creciendo y eso demuestra que la política exterior feminista no es un proyecto puramente occidental ni de las élites. Beneficia a todos.
¿Por qué la política exterior feminista es un tema especialmente importante en la actualidad?
En realidad, una política exterior feminista debería ser lo más natural del mundo, porque 189 Estados se comprometieron con el objetivo de promover la igualdad jurídica y de facto de las mujeres al firmar la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por tanto, no estamos imponiendo “nuestros” valores a nadie. Y, sin embargo, estamos asistiendo a un retroceso global de los derechos de las mujeres, la comunidad LGBTIQ+ y otros grupos. Esto es muy preocupante. Por eso ha crecido la necesidad de una política exterior feminista activa. El retroceso nos afecta a todos. Al fin y al cabo, los derechos de las mujeres son un indicador del estado de una sociedad. Cuando en una sociedad disminuyen los espacios para la libertad de expresión y la diversidad, los derechos de las mujeres y de las minorías son casi siempre los primeros en restringirse. Su restricción es una especie de señal de alarma para los derechos de todos.
¿Qué cambios ha introducido ya la política exterior feminista en la política alemana?
Por ejemplo, hemos introducido la presupuestación con perspectiva de género en el Ministerio alemán de Asuntos Exteriores. Esto nos permite medir cuánto dinero gastamos teniendo en cuenta las cuestiones de género y transformándolas. Por otra parte, también nos hemos fijado objetivos ambiciosos sobre esta base: en 2025, el 85 % de los fondos para proyectos del Ministerio alemán de Asuntos Exteriores se utilizarán con perspectiva de género y el 8 % de forma transformadora de las cuestiones de género. El Ministerio de Desarrollo se ha fijado el mismo objetivo. Esto puede sonar técnico, pero en realidad significa que estamos apuntalando nuestra política exterior y de desarrollo feminista con mucho dinero para mejorar la situación de las mujeres y los grupos marginados en todo el mundo.