Momentos mágicos en la cabina del maquinista
Peter Wuschansky es maquinista por vocación y comparte su pasión con miles de seguidores en redes sociales como “Trainfluencer”.

El sol de la mañana atraviesa la niebla mientras Peter Wuschansky conduce su tren por el valle del Danubio. El paisaje se baña en una luz dorada, mientras campos, colinas y bosques desfilan como si fueran cuadros. “Momentos como este son mágicos”, dice el maquinista de Ulm, que lleva años trabajando en el tráfico regional de Deutsche Bahn.
Desde 2019, comparte su pasión por su profesión con una comunidad de seguidores cada vez mayor en redes sociales: Bajo el seudónimo de “Peterle Sky”, este maquinista de 45 años comparte su día a día como “Trainfluencer”, contando de forma amena y desenfadada los distintos aspectos de su trabajo.
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Abrir declaración de consentimiento“Cuando la cámara está apagada, soy más bien una persona tranquila. “Me gusta estar solo en la cabina durante horas y disfrutar del paisaje mientras conduzco”, dice Wuschansky.
Paisajes de ensueño
Su recorrido en tren le lleva, sobre todo en Baden-Württemberg y Baviera, a través de paisajes de ensueño y ciudades como Stuttgart, Múnich, Lindau, Friedrichshafen y Donaueschingen. “Aunque conozco bien las rutas, siempre descubro nuevos detalles. Y a veces pienso: Madre mía, ¡esto es como estar de vacaciones y encima me pagan por ello!”

Le tiene un cariño especial al valle del Danubio: “El ambiente allí cambia con cada estación y momento del día, y en otoño los colores son simplemente espectaculares.” Para él, la ruta junto al lago de Constanza es otro de los grandes atractivos: “El lago casi parece un mar. Es impresionante ver las montañas nevadas de fondo y el agua reluciendo al sol.”
Entre tecnología y responsabilidad
Tampoco le aburre nunca entrar en las grandes estaciones de la ciudad: “Enormes campos de vías, innumerables señales, desvíos y otros trenes… y, además, la responsabilidad de llevar a cientos de personas a bordo.” La puntualidad no siempre se consigue, casi siempre por fallos técnicos. “Es normal que los viajeros se quejen cuando el tren se retrasa. La gente suele ser muy amable conmigo, el trabajo de maquinista está bien visto.”

Experiencias curiosas
Con los años, Wuschansky ha reunido un montón de anécdotas. Por ejemplo, una vez, en Nochebuena, una niña le llevó un Papá Noel de chocolate a la cabina para agradecerle el viaje. “El otro día vi a un pasajero que levaba todo el tiempo un gato al hombro. Cuando le pregunté por ello, simplemente me dijo: ‘Ella es mi gran amor, nunca nos separamos’”, nos cuenta con una sonrisa.
Un hogar sobre raíles
Cada vez que llega a un destino, el maquinista siente que es “un poco como estar en casa”. En sus descansos, aprovecha para dar un paseo por la ciudad o sentarse en una cafetería. “Me gusta empaparme del ambiente, observar a la gente y simplemente estar de viaje.”