¿Necesitamos la energía nuclear para una transición energética exitosa?
Las expertas Jeanne Rubner y Claudia Kemfert exponen sus puntos de vista opuestos sobre el papel de la energía nuclear en la protección del clima.
El gobierno alemán se ha comprometido a abandonar el uso de la energía nuclear. Sin embargo, hay quienes ven en la energía nuclear una gran oportunidad para proteger el clima. Para reflejar el debate, hemos pedido a las expertas Jeanne Rubner y Claudia Kemfert que compartan sus opiniones sobre la cuestión:
¿Necesitamos la energía nuclear para que la transición energética sea un éxito?
“La energía nuclear es respetuosa con el clima, segura y rentable.”
Un argumento a favor de la profesora Jeanne Rubner, vicepresidenta de Comunicación Global y Compromiso Público en la Universidad Técnica de Múnich (TUM). Además de ser periodista científica y doctora en Física, también enseña en la Escuela de Política de Múnich.
“Hace poco, una estudiante me dijo: ‘Voy a consultarlo en ChatGPT’”. Mi generación busca en Google, pero nuestros hijos ya utilizan la inteligencia artificial. Lo que a menudo no saben: hacer una consulta en ChatGPT o en otro modelo de lenguaje avanzado requiere cerca de diez veces más energía que utilizar un buscador tradicional. Por eso, Google planea cubrir las crecientes demandas energéticas de la inteligencia artificial con pequeños reactores nucleares modulares a partir de 2030. Microsoft también está explorando opciones de energía nuclear para alimentar sus centros de datos.
El consumo de energía de las aplicaciones de IA está creciendo desorbitadamente. A medida que el calentamiento global obliga a dejar atrás las fuentes fósiles, numerosos países industriales se encaminan conscientemente hacia una enorme crisis energética. Actualmente no logramos expandir las energías renovables al ritmo que exige la demanda. Los aerogeneradores y los paneles solares requieren espacio y, más importante aún, la aceptación de quienes viven cerca. Además, las redes de transmisión y los sistemas de almacenamiento necesarios están poniendo a prueba a los planificadores.
Por motivos ecológicos y económicos, habría sido más sensato mantener las centrales nucleares en funcionamiento durante más tiempo para facilitar la transición de los combustibles fósiles. Aun cuando en Alemania todavía no exista un depósito final para los residuos altamente radiactivos. El almacenamiento será necesario de todos modos, y los residuos adicionales generados por prolongar la vida útil se podrían haber gestionado sin problemas. En lugar de eso, Alemania ha cerrado centrales nucleares innecesariamente y subvencionado las energías renovables a un coste elevado. Las consecuencias: elevados costes energéticos y un pésimo balance de CO2.
¿Deberíamos reactivar las centrales nucleares existentes? Sí, siempre que sea viable desde el punto de vista de la seguridad y la economía, y que el balance de CO2 resulte suficientemente favorable. Las centrales nucleares actuales cumplen con estas tres condiciones: han demostrado ser seguras, rentables y capaces de generar energía limpia.
La central nuclear de Three Mile Island, en Pensilvania, se convertirá en la prueba de fuego. Microsoft busca reactivar el bloque 1 del reactor, que no fue afectado por el accidente nuclear de 1979 y que se cerró hace cinco años, para alimentar sus centros de datos con esa electricidad. El propietario ya ha anunciado que planea reactivar el bloque, lo que sería un hito en Estados Unidos. Si las autoridades dan luz verde a Three Mile Island 2.0, conoceremos el coste exacto de reactivar la central. Los pequeños reactores modulares, que Google planea usar para cubrir sus necesidades energéticas, aún deben demostrar su eficacia o recibir la autorización correspondiente.
Pero el tiempo apremia. Si no avanzamos rápido en el desarrollo de fuentes de electricidad más limpias, el calentamiento global continuará sin tregua. Las consecuencias ya se están viendo hoy y pueden ser fatales, como ha ocurrido con la devastadora catástrofe provocada por un temporal en la región española de Valencia.
“La energía nuclear es demasiado cara, lenta y peligrosa”.
Un argumento en contra de la profesora Claudia Kemfert, directora del Departamento de Energía, Transporte y Medio Ambiente en el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW Berlín) y profesora de Economía y Política Energética en la Universidad Leuphana de Lüneburg.
“La transición energética solo será exitosa si renunciamos a la energía nuclear. Los estudios indican que la energía nuclear es demasiado cara, lenta y peligrosa, y además obstaculiza la transición hacia fuentes de energía renovable. La energía nuclear sigue siendo extremadamente costosa y no es económicamente viable en un entorno de mercado. Los reactores solo pueden construirse si son subvencionados o completamente financiados por el Estado, como sucede en China o Rusia. Sin estas subvenciones, la energía nuclear sería inaccesible tanto para los hogares como para las empresas. También debería tenerse en cuenta el desmantelamiento de los reactores, que durará décadas, así como la disposición final de los residuos nucleares, para la cual aún no existe solución.
La energía nuclear también conlleva riesgos, como lo demuestra el hecho de que no es asegurable, y puede ser mal utilizada con fines militares. Para ser claros: la energía nuclear es una tecnología del pasado, no del futuro. En combinación con las energías renovables, las centrales nucleares son demasiado rígidas y, por lo tanto, dificultan la transición hacia las energías renovables y una verdadera transformación energética.
Sin energía nuclear, el suministro eléctrico en Alemania es seguro, económico y respetuoso con el clima. A medida que bajan los precios del gas, también lo hacen los de la electricidad. Además, la proporción de electricidad generada a partir del carbón ha disminuido, ya que su uso resulta inviable debido a los altos precios actuales del CO2 en la UE. Por el contrario, la participación de las energías renovables ha aumentado considerablemente en los últimos años, no solo reemplazando la pérdida de energía nuclear, sino superándola con creces.
El supuesto resurgir global de la energía nuclear es solo un mito. En total, se están desmantelando más reactores de los que se están construyendo. Los llamados “Small Modular Reactors” (SMR), aclamados ocasionalmente por algunas start-ups, no son más que una tecnología de más de 70 años que aún no se ha implementado en la práctica. Es una apuesta por el futuro. Pero el tiempo apremia; no podemos desperdiciar décadas en investigaciones que solo nos confirmarán lo que ya sabemos: la energía nuclear no tiene futuro.
¿Por qué buscar lejos cuando lo bueno está tan cerca? Las energías renovables son mucho más económicas, ya están disponibles, tienen bajo riesgo y son respetuosas con el clima. Con las energías renovables, garantizamos la seguridad del suministro, fomentamos la descentralización, protegemos el clima y promovemos la paz. Una transición energética sin energía nuclear es el mayor proyecto de paz que podemos impulsar hoy.”