Nuevas oportunidades para los jóvenes refugiados
Codo con codo: el proyecto “Ehrenamtliche Vormundschaften” (Tutelas voluntarias) de la Asociación de Protección de la Infancia de Fráncfort ofrece apoyo y perspectivas.
A los 17 años, Faris llegó a Alemania desde Sudán como refugiado no acompañado. A su lado: su tutor voluntario, Volker Kaltschnee, formado por la Asociación de Protección de la Infancia de Fráncfort y que le acompañó en su nueva vida cotidiana. En esta entrevista, ambos hablan del vínculo especial que los une y de cómo se beneficiaron de esta experiencia.
Faris, tienes raíces eritreas y llegaste a Alemania desde de Sudán con 17 años como refugiado no acompañado. ¿Cómo viviste ese período inicial y cómo te apoyó Volker Kaltschnee como tutor voluntario?
Fue una época difícil. Sin orientación, es difícil abrirse camino en un país nuevo. Volker fue de gran ayuda como tutor voluntario. Me ayudó con muchas cosas: a aclarar mi situación de residencia, con el colegio y, más tarde, también profesionalmente. A menudo encontraba obstáculos burocráticos. Volker siempre estuvo a mi lado, también como mentor a nivel personal, por ejemplo a la hora de afrontar situaciones estresantes.
Sr. Kaltschnee, ¿por qué quiso asumir la tutela voluntaria?
Muchos jóvenes llegaron a Alemania en 2015 como consecuencia de la guerra de Siria y me di cuenta de que a todos les hacía falta apoyo en todos los aspectos. Quería que estos jóvenes tuvieran una oportunidad real de crecer en nuestra sociedad. Aprendí mucho trabajando con Faris, especialmente sobre la perseverancia, las diferentes perspectivas culturales y la importancia de la franqueza y la confianza en todas las relaciones. Fue gratificante ver su evolución y formar parte de su viaje. Su actitud positiva y determinación me impresionaban e inspiraban constantemente.
Parece que su relación se basa en la confianza, el respeto y la cercanía.
Volker Kaltschnee: No tardamos en daros cuenta de que tenemos un sentido del humor similar, encajamos al instante. Y aunque Faris procede de una cultura diferente, nos entendimos inmediatamente a nivel personal. Faris no paraba de contarme sus experiencias y los retos a los que se enfrentaba en su camino hacia una nueva vida en Alemania. Solían ser conversaciones intensas y con los años hemos desarrollado una relación de confianza.
Faris: Para mí era importante poder confiar en él y que me ayudara a orientarme, tanto en el plano cultural como en el personal. Sabía que podía contar con él. Eso me dio mucha fuerza en los momentos difíciles.
Faris, ¿cómo continuó tu desarrollo profesional en Alemania?
Primero aprendí el idioma, esa fue la base. Después hice unas prácticas como protésico dental y luego empecé una formación. Ahora llevo cuatro años trabajando como protésico dental y he empezado mi formación continua para ser maestro protésico dental.
Sr. Kaltschnee, ¿qué siente cuando piensa en la evolución de Faris?
Estoy muy orgulloso de él. Su trayectoria demuestra que la integración funciona bien cuando se apoya adecuadamente a los jóvenes que han sufrido la experiencia de huir. Faris tiene éxito profesional y como persona es una parte valiosa de nuestra sociedad. Su historia de éxito me da la sensación de que hice lo correcto en el momento adecuado.
Faris, hoy llevas una vida independiente en Alemania. ¿Qué significa eso para ti?
Siento que he llegado y que tengo una vida cotidiana “normal”. Volker me ayudó a orientarme y a construir mi propia vida. Ahora soy como todo el mundo aquí y me molestan cosas como que los trenes no lleguen a su hora o el tiempo. Ya no se trata de cosas existenciales. Eso demuestra lo lejos que he llegado.
El proyecto “Ehrenamtliche Vormundschaften” (Tutelas voluntarias)
Los menores refugiados no acompañados en Alemania necesitan un tutor que los represente legalmente, tome decisiones importantes para su bienestar y los apoye en el proceso de asilo y en la vida cotidiana.
Desde 2013, con su proyecto “Ehrenamtliche Vormundschaften” (Tutelas voluntarias), la Asociación de Protección de la Infancia de Fráncfort proporciona tutores a niños cuyos padres han sido privados de la custodia o que han huido a Alemania sin compañía. Ya se ha formado a más de 260 voluntarios y se ha tutelado a más de 250 niños y jóvenes de 30 naciones, los tutelados, como se les conoce. Los voluntarios son un punto de referencia constante y apoyan a los niños y jóvenes en todas las decisiones y cuestiones burocráticas de la vida cotidiana. Los tutores reciben formación y apoyo en un programa intensivo para que no solo sean los tutores legales de los niños, sino también sus mentores personales.
En cuanto el tutelado alcanza la mayoría de edad, la tutela finaliza oficialmente. Con el proyecto “Careleaver Mentoring”, la Asociación de Protección de la Infancia de Fráncfort ayuda a los jóvenes adultos en la transición a una vida independiente con mentores voluntarios.