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El coche: símbolo de libertad… y de alta tecnología made in Germany

La industria del automóvil es uno de los pilares fundamentales de la economía alemana, deslumbra con sus innovaciones y está inmersa en una transformación profunda.

Wolf ZinnWolf Zinn, 25.03.2025
Mercedes-Benz Forschungsfahrzeuge Vision EQXX (2022) und 540K (1938)
Mercedes-Benz Forschungsfahrzeuge Vision EQXX (2022) und 540K (1938) © Mercedes-Benz

Pocas industrias están tan estrechamente ligadas a la imagen de Alemania como país de alta tecnología como la automovilística. Desde que Carl Benz inventó el automóvil en 1886, Alemania se ha consolidado como la cuna de algunas de las marcas de coches más prestigiosas del mundo. Nombres como Mercedes-Benz, BMW, Volkswagen, Porsche y Audi son sinónimo de ingeniería alemana y liderazgo en innovación. Para muchas personas en todo el mundo, el coche simboliza libertad y progreso; es uno de los productos más cargados de emoción que existen. Y los fabricantes alemanes saben cómo combinar esa carga emocional con la tecnología más avanzada y un diseño atractivo. 

Industria automovilística: pilar de la economía alemana

La industria del automóvil es uno de los pilares clave de la economía alemana y también juega en la primera división a nivel mundial. En 2023, el sector alcanzó una facturación total de más de 564.000 millones de euros, de los cuales unos 171.000 millones correspondieron al mercado nacional. Casi 780.000 personas trabajan directamente en la industria automovilística alemana. A ello se suman varios cientos de miles de empleos en sectores relacionados, como la compraventa de vehículos, los talleres mecánicos y las plantas de producción en el extranjero. Solo el grupo Volkswagen cuenta con unas 680.000 personas empleadas en todo el mundo repartidas entre sus diez marcas.

Motor exportador de Alemania

La orientación exportadora de la industria automovilística alemana es impresionante: en 2023, los fabricantes alemanes exportaron 3,1 millones de turismos, con una cuota de exportación cercana al 76 %. Entre los principales mercados de destino se encuentran Estados Unidos y China. En 2023, la producción total de turismos de los fabricantes alemanes alcanzó los 14,1 millones de vehículos, de los cuales 4,1 millones se fabricaron en Alemania.

Un factor clave del éxito del sector es la industria de proveedores. Empresas como ZF Friedrichshafen, Bosch, Continental y Schaeffler lideran numerosas tecnologías clave. Bosch, uno de los mayores proveedores del sector a nivel mundial, está considerado pionero en el desarrollo de sistemas de asistencia a la conducción basados en inteligencia artificial, que hacen posible la conducción autónoma de nivel 3 y 4. 

Ordenadores sobre ruedas

Los coches se han convertido desde hace tiempo en ordenadores con ruedas. Pantallas de alta tecnología cada vez más grandes ofrecen un número creciente de aplicaciones con funciones de infoentretenimiento personalizadas y con capacidad de aprendizaje. Un buen ejemplo es el galardonado sistema “MBUX” de Mercedes-Benz, considerado uno de los más avanzados del mercado. La versión “Hyperscreen” incorpora una enorme pantalla curva integrada bajo una única superficie de cristal. La inteligencia artificial (IA) aprende constantemente del comportamiento del conductor, mientras el control por voz sugiere rutinas y se adapta a ellas. BMW presentó en la feria Consumer Electronics Show (CES) 2025 su sistema “Panoramic iDrive”, diseñado para ofrecer una integración fluida entre información y entretenimiento. La pieza central es un head-up display que proyecta contenidos a lo largo de todo el ancho del parabrisas.

La digitalización desempeña un papel clave en una competencia internacional cada vez más exigente, y el potencial de la inteligencia artificial y la conducción autónoma no ha hecho más que empezar a desplegarse. Durante décadas, los coches alemanes fueron líderes del mercado gracias a sus motores de combustión, sus transmisiones y demás componentes, así como por su fiabilidad y calidad de fabricación. Pero los tiempos en los que los fabricantes podían dormirse en los laureles han quedado atrás. Los vehículos conectados con soluciones de software avanzadas son el futuro.

Tendencia hacia pantallas cada vez más modernas, aquí: BMW Panoramic iDrive
Tendencia hacia pantallas cada vez más modernas, aquí: BMW Panoramic iDrive © BMW

Electromovilidad: competencia feroz

No solo en el terreno del software, también en el ámbito de la electromovilidad la industria automovilística alemana debe pisar fuerte el acelerador... o mejor dicho: cargarse las pilas. Las estrictas normativas sobre emisiones de CO2 obligan a todo el sector a buscar soluciones respetuosas con el clima. Es cierto que todos los fabricantes alemanes llevan tiempo ofreciendo vehículos híbridos de alta gama y modelos totalmente eléctricos. Pero su precio sigue siendo bastante elevado, en parte debido al alto coste de la energía, la producción y la mano de obra en Alemania. “Si bien la autonomía y la capacidad de carga de los modelos eléctricos están evolucionando bastante bien, el gran freno al despegue de la electromovilidad en Alemania es, sobre todo, la falta de precios de adquisición competitivos frente a los coches de combustión”, afirma Stefan Bratzel, director del Center of Automotive Management. Además, los fabricantes chinos están irrumpiendo en el mercado con modelos eléctricos avanzados y a precios muy competitivos. Especialmente en el ámbito de la tecnología de baterías, los fabricantes alemanes tienen aún camino por recorrer. Además, la infraestructura de recarga sigue siendo insuficiente en buena parte de Europa. Las incertidumbres geopolíticas y comerciales, como la posible imposición de aranceles en EE. UU., podrían poner en peligro aún más las ventas a nivel global. La rápida transformación hacia una movilidad digitalizada y sin emisiones, en un contexto de competencia cada vez más dura, representa por tanto un enorme reto que ya está provocando recortes de plantilla en algunas empresas. 

Grandes inversiones y un rayo de esperanza en el horizonte

Pero la presión por actuar puede funcionar también como un motor acelerador: según la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA), los fabricantes se han propuesto el ambicioso objetivo de crear los mejores productos digitales y climáticamente neutros del mundo para la movilidad del futuro. Solo en 2023, el sector invirtió 58.400 millones de euros en investigación y desarrollo. Entre 2025 y 2029 está previsto destinar un total de 320.000 millones de euros a la innovación. A ello se suman unos 220.000 millones de euros en inversiones materiales, especialmente en instalaciones de producción modernas.

“La transformación de nuestra industria es una tarea colosal”, declaró recientemente en una entrevista la presidenta de la VDA, Hildegard Müller. Pero si se entiende el cambio como una oportunidad, “podríamos acabar teniendo las mejores y más eficientes soluciones para cada necesidad de movilidad”.

Y hay señales de recuperación: para 2025, la VDA prevé 873.000 nuevas matriculaciones de coches eléctricos en Alemania, lo que supondría un crecimiento del 53 % respecto a 2024. Los vehículos 100 % eléctricos son los que más crecerán, con un aumento previsto del 75 % hasta alcanzar las 666.000 unidades. Al mismo tiempo, se espera que la producción nacional de turismos eléctricos aumente un 24 %, hasta unos 1,7 millones de unidades, después de haber batido ya un récord de fabricación en 2024. De este modo, Alemania consolida su posición como el segundo mayor centro de producción de vehículos eléctricos del mundo, solo por detrás de China.